Responsabilidad Social es más que una práctica bien intencionada

Por José Carlos Vázquez Parra jcvazquezp@itesm.mx Hasta hace poco tiempo, se tenía una idea muy acotada del concepto de la responsabilidad social empresarial (RSE); se percibía como una práctica enfocada en dos ámbitos de acción: 1) el cuidado medioambiental y el desarrollo de energías renovables, y 2) el apoyo social de carácter primordialmente filantrópico. Fue […]

Responsabilidad Social es más que una práctica bien intencionada
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Por José Carlos Vázquez Parra
jcvazquezp@itesm.mx

Hasta hace poco tiempo, se tenía una idea muy acotada del concepto de la responsabilidad social empresarial (RSE); se percibía como una práctica enfocada en dos ámbitos de acción: 1) el cuidado medioambiental y el desarrollo de energías renovables, y 2) el apoyo social de carácter primordialmente filantrópico. Fue a partir del año 2000 cuando la ONU, con la firma del Pacto Mundial, definió los objetivos del milenio e hizo un parteaguas al establecer que la responsabilidad social, más que ser vista únicamente como gubernamental o de las empresas transnacionales, debe ser considerada como una obligación organizacional: de esta manera, cualquier ente no gubernamental, como las universidades, municipios, colonias, etc., también se ve incluido como parte de este movimiento.

Se entiende por negocio socialmente responsable al que orienta su actividad económica y objetivo organizacional a la generación de valor compartido, tanto económico-financiero, ético, social y ambiental, y cuyos resultados son relevantes para todos sus grupos de interés. La actividad empresarial contemporánea no puede ser entendida como la obtención de una ganancia a corto plazo, sino como un servicio que las organizaciones deben prestar a la sociedad de la cual forman parte.

Desde este enfoque, la responsabilidad social (RS) se convierte en un tema de interés general que impacta a todos los que formamos parte de alguna de estas organizaciones.


Desde este enfoque, la responsabilidad social (RS) se convierte en un tema de interés general que impacta a todos los que formamos parte de alguna de estas organizaciones. En este sentido, la promoción del desarrollo sostenible es un objetivo que convoca a la acción conjunta de todos los miembros de la sociedad, en todos los niveles de acción, y que va desde el plano local hasta el ámbito global.

Lo anterior ha hecho que en el ámbito educativo la enseñanza de la RS sea de gran importancia, lo cual también se fortalece con la relación que existe entre el tema de estudio y el perfil de los millennials, quienes se incorporan recientemente a la vida productiva en las organizaciones.

Los millennials se caracterizan por tener un fuerte deseo de servir en sus comunidades y no solo buscan entender los problemas que aquejan al mundo y a la sociedad, sino también la manera en que ellos pueden brindar apoyo a dichas causas.

Diferentes autores han desarrollado extensas investigaciones acerca del perfil de los millennials y han encontrado que particularmente el tema de la RS juega un rol determinante al momento de elegir un trabajo. Los millennials se caracterizan por tener un fuerte deseo de servir en sus comunidades y no solo buscan entender los problemas que aquejan al mundo y a la sociedad, sino también la manera en que ellos pueden brindar apoyo a dichas causas.

Es por ello que las empresas que comparten sus mismos valores se vuelven su primera alternativa de trabajo, haciendo lo posible para sumarse en las causas que estas organizaciones atienden. De esta forma, las nuevas generaciones exigen de las instituciones educativas que los aproximen a estas temáticas, pues su interés formativo es distinto a los que tenían las generaciones pasadas.

Conscientes de los requerimientos y de las expectativas sociales de las nuevas generaciones, los académicos están prestando mayor atención al tema de la responsabilidad social empresarial; reconocen que las universidades tienen un rol determinante en lo que los futuros profesionistas valorarán como relevante al momento de constituir o formar parte de una organización. Los temas de responsabilidad social, ética profesional y los nuevos modelos de negocios y empresas se están tomando muy en serio en la formación de los futuros profesionistas.

Las universidades tienen un rol determinante en lo que los futuros profesionistas valorarán como relevante al momento de constituir o formar parte de una organización.

En otoño 2016 tuve la oportunidad de asistir al XXI Congreso Internacional de Contaduría, Administración e Informática en Ciudad de México. En las presentaciones, los ponentes dejaron claro que la responsabilidad social no se refiere a vagas, nebulosas o bien intencionadas prácticas filantrópicas, sino a un compromiso que impacta a todos los que formamos parte tanto de la industria como de la academia. La participación en este tipo de foros me permitió adquirir una visión más clara del interés que las universidades tienen de preparar académicamente a los futuros ciudadanos y empresarios de nuestro país.

La enseñanza de la RS ha pasado de ser un tema meramente teórico a convertirse en la oportunidad de aplicar de manera práctica los conocimientos de la ética profesional. El curso que imparto, Ética, Profesión y Ciudadana, aunque sigue contando con un apartado de conocimiento teórico, ahora se enfoca primordialmente al desarrollo de una competencia ética, misma que se busca alcanzar a partir de la adquisición de ciertas subcompetencias, como el juicio moral, la autonomía y la integridad. Para conseguirlo, los alumnos aprenden a utilizar herramientas que no únicamente impactan al correcto desenvolvimiento de su carrera profesional, sino que también se les brinda la oportunidad de adquirir elementos que les permitan apoyar a compañías en sus procesos de diagnóstico y certificación de RS.

La enseñanza de la RS ha pasado de ser un tema meramente teórico a convertirse en la oportunidad de aplicar de manera práctica los conocimientos de la ética profesional.

Durante el desarrollo de la materia, empleo diversos enfoques pedagógicos, como el trabajo colaborativo multidisciplinario, el análisis de dilemas éticos por medio del método de casos y el aprendizaje basado en proyectos, al considerar que cada grupo de alumnos tiene sus propias características, y como docentes debemos ser lo suficientemente versátiles para alcanzar los objetivos planteados. La evaluación de los conocimientos se realiza a partir de dos elementos: la generación de un portafolio de evidencias, donde el alumno incluye los productos generados durante el semestre, y una evaluación cualitativa, misma que nos permite conocer el nivel alcanzado en las subcompetencias propuestas. La intención primordial de estos elementos de evaluación es que el alumno no solo tenga conocimientos suficientes sobre los conceptos que impactan la ética profesional, sino que también tenga la posibilidad de desarrollar propuestas de mejora para las áreas de RS de las empresas.

Los jóvenes que se encuentran ahora en nuestras aulas son los profesionistas que serán responsables de las sociedades del mañana, así que de nosotros depende el tipo de líderes que queremos dirijan el mundo.

Adicionalmente, se prepara a los alumnos en temas relacionados con la norma internacional ISO 26000 (Responsabilidad Social), que abarca temas como los derechos humanos, la equidad de género, la integridad medioambiental, los derechos laborales, etc. Como un elemento complementario en el proceso de aprendizaje del alumno, se le solicita la generación de un ensayo individual, en el que aborden uno de los temas que se estén analizando en el transcurso de la materia; esto nos permite reconocer el grado de reflexión real que el alumno alcanza.

Es importante señalar que los jóvenes que se encuentran ahora en nuestras aulas son los profesionistas que serán responsables de las sociedades del mañana, así que de nosotros depende el tipo de líderes que queremos dirijan el mundo. La sociedad necesita una nueva generación de líderes que sean capaces de definir acciones, políticas y programas concretos con un claro compromiso con el desarrollo de la sociedad. Hoy por hoy, no podemos quedarnos fijos en las consecuencias de nuestros actos a corto plazo, ya que aunque las generaciones vayan cambiando, el mundo sigue siendo uno y es responsabilidad de todos que sea habitable e incluyente para quienes vivimos en él.


Acerca del autor:

José Carlos Vázquez Parra es Doctor en Estudios Humanísticos con acentuación en ética. Profesor en el depto. de Formación Humanística y Ciudadana del Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.


Imágenes:
Imagen encabezado / Comprometidos con la responsabilidad social 

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