El Método de Marie Kondo: inspirando felicidad en el aula

Muchas enseñanzas se pueden aplicar al aula para hacer que “despierte alegría” con el popular Método KonMari.

El Método de Marie Kondo: inspirando felicidad en el aula
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Marie Kondo dice que, antes de que comience la limpieza, debes imaginar el estilo de vida que deseas. Esto puede traducirse en desear un aula con «más espacio», mejor organizada o «gabinetes vacíos».

Los docentes pueden incluir a los estudiantes en este proceso al comenzar una discusión para averiguar qué tipo de ambiente desean en la clase, cuanto más detallado sea, mejor. Una vez que se crea una visión clara, es recomendado hacer una lista, una sección en Pinterest o algo tangible que represente el concepto que se tiene en mente.

El siguiente paso es descartar todo en una sola vuelta.

El Método de Marie Kondo se conoce como KonMari y está dividido por ropa, libros, papeles, komono (artículos misceláneos) y recuerdos pero, como no se aplica a un aula, puede dividirse por clase, espacio o por categoría: suministros, libros, papeles, etc., lo que funcione mejor con su clase.

Para comenzar a descartar, es necesario tener tres cajas, bolsas o espacios: uno para los artículos que se conservarán, uno para los que se van a donar y otro para los que van a la basura. Luego se pone cada libro, objeto o artículo, dependiendo de la clasificación, en un solo lugar como el escritorio, por ejemplo, para decidir su destino.

La frase más famosa de Marie Kondo es preguntar si un objeto «despierta felicidad», de ser así, se guarda y si no, se desecha pero puede que no se aplique a un aula, especialmente con tantos papeles y suministros. Los maestros también deben preguntarse: «¿Es esto algo que necesito?» Si la respuesta es no, se agradece al objeto por su servicio y se decide si dona o se tira.

Después de descartar, es hora de ordenar. Es crucial descartar primero porque evitará la organización de elementos que ya no son necesarios. Además, la idea principal es usar el espacio, contenedores, papeleras, cajoneras, etcétera, que ya tiene el salón de clases.  Se puede comprar contenedores en caso de que sea necesario, siempre y cuando sea al final del proceso, para evitar más desorden o compras innecesarias.

De acuerdo con el libro y el programa en Netflix, la parte más difícil del método son las cosas emocionales, por lo que son las últimas cosas que se deben descartar, una vez que se domina la práctica de tirar cosas que no “despertaron felicidad” o son necesarias.

Además, el secreto para ordenar y mantenerse organizado es encontrar un espacio para cada artículo, de modo que, más que «ordenar todos los días», sólo se necesita regresar las cosas en su lugar.

Al final, el propósito es tener un hogar o aula que cree la atmósfera que el maestro y/o los alumnos querían: un espacio que despierta alegría, rodeado sólo con aquellas cosas que inspire felicidad o sean necesarias, sin desorden.

¿Habías escuchado antes del Método KonMari? ¿Lo has puesto en práctica? ¡Atrévete a intentarlo en tu casa y escuela!


Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0