Por una educación que fomente el conocimiento sobre cómo vivir en el mundo

Este Día Mundial de la Salud Mental 2022 recordamos las palabras de bell hooks: “Necesitamos una educación liberadora que conecte la voluntad de saber con la voluntad de llegar a ser”.

Por una educación que fomente el conocimiento sobre cómo vivir en el mundo
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Ayer fue el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), se celebra todos los años para “crear conciencia sobre la salud mental en todo el mundo y para movilizarnos con el fin de apoyar a quienes están teniendo problemas de salud mental”. El lema de este año, propuesto por la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH por sus siglas en inglés), es “Que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”.

Precisamente el día de ayer publicamos un texto de nuestra compañera Paulette Delgado en el que analiza por qué el bienestar de las personas debe ser un componente básico de la educación en todos los niveles. Quienes nos leen desde hace tiempo saben que la salud mental es un tema que nos preocupa y nos ocupa en el Observatorio, por lo que en nuestro sitio web pueden encontrar un gran número de textos y recursos que tratan sobre el tema.

En este mismo espacio también he abierto el debate sobre la salud mental en diversas ocasiones. Es un problema tan grave que muchas personas lo consideran una “pandemia mundial”. En el Observatorio somos conscientes de que el desarrollo emocional es tan importante como el académico (o el profesional). Por ello me hizo mucha ilusión encontrarme con este tema en uno de los ensayos de bell hooks publicados en su libro “Enseñar a transgredir: la educación como práctica de la libertad”, un texto sobre el que estaremos charlando en el próximo encuentro del Círculo de lectura del Observatorio.

En el primero de los ensayos que componen este libro, bell hooks aboga por un enfoque holístico y espiritual del aprendizaje que busque que las personas se esfuercen no solo por tener un conocimiento intelectual sino también por adquirir “el conocimiento sobre cómo vivir en el mundo”. Porque habitar este mundo no es cosa fácil y si en la escuela nos enseñaran estas habilidades socioemocionales, otra cosa sería.

Pero una ‘pedagogía comprometida’, como hooks le llama, es mucho más exigente porque enfatiza el bienestar de las personas. “Eso significa que los docentes deben comprometerse activamente con un proceso de autorrealización que promueva su propio bienestar para empoderar a los estudiantes”. Es decir, el trabajo empieza por una misma. La invitación de hooks para los docentes es buscar primero su bienestar, trabajar en sus habilidades socioemocionales, en su salud mental, solo así podremos tener una verdadera educación como práctica de la libertad. “Necesitamos una educación liberadora que conecte la voluntad de saber con la voluntad de llegar a ser”, dice hooks.

Por mucho tiempo hemos elogiado esa figura del académico o del intelectual que es un “genio” pero que tiene cero habilidades socioemocionales y de comunicación. Pero no es suficiente tener una gran capacidad intelectual, en las aulas (y en los espacios de trabajo) hace mucha falta la empatía, la escucha, la compasión, la autorreflexión y la humildad. Las nuevas generaciones son conscientes de ello, por eso demandan mucho más que lo que mi generación o las pasadas exigíamos de nuestros docentes. Las juventudes hoy en día no son “frágiles” ni “tontas”, por el contrario, son mucho más valientes porque están haciendo el trabajo personal que muchos de nosotros no hicimos, están buscando cómo llegar a ser y exigen lo mismo de nosotros. Creo que el hecho de que la salud mental sea actualmente una prioridad mundial se lo debemos en gran medida a las nuevas generaciones. Desde aquí les extiendo mi admiración y agradecimiento. Hasta la próxima semana.

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación

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