Del júbilo a la frustración

Reflexiones a una semana del 8M.

Del júbilo a la frustración
Una lectura de 4 minutos

Sigo conmovida por las marchas, manifestaciones y eventos de la semana pasada en el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer. Ver a millones de mujeres, niñas, niñes y existencias disidentes de todas las edades reunidas en sororidad es sumamente conmovedor y esperanzador. Pero como escribía la semana pasada (y el año pasado y antepasado), para nosotras el 8M se vive todos los días, todo el año.

La semana pasada, el Tec de Monterrey, a través del Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana y la Cátedra Alfonso Reyes, organizó las Jornadas de Feminismos 2022 con una serie de conversatorios y eventos virtuales y presenciales. Algunas de las charlas quedaron grabadas en el canal de YouTube de la Cátedra Alfonso Reyes. Les recomiendo ampliamente que le echen un vistazo, en particular al conversatorio “Transfeminismos y feminismos trans” en el que participaron Lia García, Daniela Muñoz Jiménez, Nivardo Trejo y Mónica Lloret. En este panel, les participantes discutieron cómo dentro del feminismo existe un movimiento de resistencia que analiza el género como un sistema de poder que produce, controla y limita los cuerpos, para adaptarlos al orden social establecido. Esta charla es una maravilla.

También les recomiendo la conferencia “La diversidad lingüística: hospitalidad y resistencia”, impartida por Yásnaya Aguilar Gil, investigadora y defensora del multilingüismo nacional, quien nos aproxima a la perspectiva de cómo cada lengua es, además de ser un lugar de identidad, un factor de resistencia y de hospitalidad que nos brindan la posibilidad de comprender el mundo y combatir la discriminación lingüística. Y la conferencia “Mujeres criminales y violencia”, en la que la Dra. Martha Santillán, especialista en el análisis de la criminalidad femenina en la CdMX, narra cómo una serie de eventos desafortunados, en los cuales el hilo conductor son las diversas formas de violencia, muchas mujeres llegan al sistema penitenciario de México. Agradezco a la Cátedra Alfonso Reyes, al Centro y a las personas que hicieron posible estas jornadas por traer a la mesa estos temas tan importantes y de los que hablamos francamente poco.

Del júbilo paso al enojo y la frustración pues en los días previos y siguientes al 8M me llegan noticias de feminicidios, desapariciones y actos de violencia en contra de mujeres y disidencias. Una de estas noticias fue el cierre de las Escuelas a Tiempo Completo en México, una iniciativa que proveía de clases extracurriculares, alimentación y cuidados a 3.6 millones de niñas y niños en condiciones de pobreza en México. Un duro golpe para familias enteras, especialmente para las mujeres trabajadoras que no cuentan con los recursos económicos y redes de apoyo para cuidar de sus hijos mientras trabajan. ¿Qué pasará con esos millones de infantes? Muchos se tendrán que quedar solos en casa, otros perderán una comida que tenían asegurada, y muchas mujeres tendrán que reducir sus horas de trabajo (y con ello, sus ingresos) o incluso se verán forzadas a dejar su trabajo con motivo de este cierre. Si con la pandemia, muchas mujeres se vieron forzadas a dejar su trabajo, el cierre de esta iniciativa va a incrementar aún más el éxodo de mujeres de la fuerza de trabajo en México.

Por si esto fuera poco, también la semana pasada, alumnas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) convocaron a huelga general tras ser amenazadas por denunciar acoso y abuso sexual dentro de la institución. En lugar de recibir escucha y apoyo, las autoridades de la UANL respondieron que no podían despedir a un empleado “nada más porque ustedes pusieron un cartelón o porque están exigiendo que lo corran. Porque nos vamos a quedar sin maestros y nos van a llover demandas”. Mientras que en redes sociales circulaban mensajes en los que se advertía a las alumnas que no asistieran a clases pues se rumoraba que algunos de los acusados irían armados para golpear a las alumnas. La respuesta de la casa de estudios ante estas amenazas que circularon en redes fue un comunicado en el que aseguraban que no se había presentado “ninguna situación que represente algún riesgo en las instalaciones de las preparatorias”. Básicamente, la institución les hizo gaslighting (luz de gas) a las alumnas ignorando completamente las acusaciones de acoso y abuso, protegiendo la institución por encima de la seguridad de las alumnas.

Y estos son solo dos ejemplos entre las muchas situaciones de violencia que viven diariamente comunidades marginadas, existencias disidentes y personas vulnerables en todo el mundo. Está, por supuesto, la guerra en Ucrania, el proyecto de ley conocido comúnmente como “Don’t Say Gay” que se quiere aprobar en Florida, Estados Unidos, que atenta contra la comunidad LGBTQ+ de este país. Entre muchos otros ejemplos.

¿Qué podemos hacer desde las escuelas e instituciones educativas? Primero, escuchar.

Escuchar con atención. Luego, siguiendo el consejo de Mara Nieto, hacerse la pregunta: ¿Cómo es un día cualquiera en tu centro? Nieto propone que “llegues una mañana y adoptes una actitud de curiosidad. Como si fuera la primera vez que pisas un centro educativo. Incluso como si fuera la primera vez que pisas La Tierra y no supieras nada de cómo nos comportamos. ¿Cómo son las personas que ves? ¿Cómo son sus interacciones? Con actitud de apertura y curiosidad podemos darnos cuenta de cosas que normalmente nos pasan desapercibidas, tanto positivas como negativas”. Este simple ejercicio revelará que “hay muchas pequeñas señales que nos hablan del nivel de machismo que nos rodea”.

Un ejercicio similar propone también María Acaso, a quien leímos en el encuentro del mes de enero del Círculo de Lectura del Observatorio IFE. En su libro, Pedagogías Invisibles: El espacio del aula como discurso, en el que la autora nos invita a descubrir y trabajar las pedagogías invisibles en el aula y esos microdiscursos que hacemos, escuchamos y repetimos en el día a día. En el libro María narra cómo la impactó darse cuenta, después de muchos años de trabajar en la Complutense de Madrid, el mensaje y la violencia implícita de la Victoria Alada de Samotracia que se encuentra en la entrada de la Facultad de Bellas Artes de la universidad. Te invito a que hagas el ejercicio que proponen Mara y María. Te sorprenderás de cómo la violencia, en sus distintas formas y expresiones, está presente todos los días en la escuela y el trabajo.

Hasta la próxima semana.

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación

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