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“Es una manera diferente de aprender, pero significativa en muchos aspectos. Mis alumnos recuerdan esa clase con una sonrisa en el rostro y me piden más clases como esa”.
Como docentes nos enfrentamos al reto de hacer que nuestras clases no caigan en la monotonía o el aburrimiento. Por ello, necesitamos anticiparnos y pensar la forma de mantener la atención de los alumnos de forma creativa y que también nosotros como profesores disfrutemos en el proceso.
Aplicar las matemáticas en distintos escenarios refuerza nuestro entendimiento en la materia. Tengamos o no herramientas tecnológicas a la mano, siempre podemos innovar nuestra enseñanza. Existen medios de bajo costo que podemos utilizar de una forma diferente para una enseñanza divertida. ¿Te imaginas enseñar matemáticas utilizando solo una cuerda?
“En las clases posteriores me di cuenta que recordaban los conceptos matemáticos fácilmente gracias a la figura hecha por ellos mismos con la cuerda”.
En la asignatura que imparto, Funciones Algebraicas y Trascendentales, para alumnos de tercer semestre de preparatoria, abordamos el tema de Secciones Cónicas dentro del cual vemos el subtema de “La Elipse”. Un día les pedí a los alumnos que de manera individual buscaran la definición de una elipse.
Al día siguiente en el salón de clase les expliqué que deberían resolver un reto. Les pedí que salieran a las canchas de la escuela y les entregué una cuerda. La instrucción que les di aquel día fue la siguiente: Deberán construir una elipse utilizando solamente esta cuerda entre todos ustedes, basándose en la definición que ya leyeron previamente.
Una elipse es el conjunto de todos los puntos del plano cuya suma de distancias desde dos puntos fijos F1 y F2 es una constante (Ver Figura 1). Estos dos puntos fijos son los focos de la elipse.
Figura 1. Representación geométrica de una elipse donde F y F’ representan los focos y P representa cualquier punto de la elipse.
Inmediatamente empezaron a pensar de manera individual cómo construir la elipse, a compartir ideas y opiniones. Intentaron acomodarse todos en forma circular abriéndose un poco más en los extremos para darle forma elíptica pero el reto era que debía ser una elipse y por lo tanto, la suma de las distancias desde los focos a cualquier punto en la orilla debía ser siempre el mismo valor.
Algunos alumnos utilizaron una aplicación desde sus celulares para medir las distancias, queriendo hacer cálculos matemáticos, pero la instrucción fue utilizar solamente una cuerda y sus cuerpos; así que hacer mediciones no era la manera de resolverlo, y el uso de la cuerda seguía siendo un misterio para todos los integrantes del salón.
Transcurrido un tiempo descubrieron cómo resolver el reto. Situaron a dos personas en dos puntos fijos, cada una sosteniendo un extremo de la cuerda (jugando el papel de focos de la elipse) y otro alumno sosteniendo la parte central de la cuerda fue caminando alrededor de ellos formando triángulos y situando a un compañero en cada vértice de este, de manera que se fue formando una elipse con todos los alumnos del grupo, quedando cada uno de ellos a la distancia precisa (ver video de la solución abajo).
“Siempre es posible enseñar de una manera creativa si lo pensamos y lo planeamos con anticipación”.
Al término del reto comprobamos que las distancias eran iguales haciendo pasar la cuerda por las manos de cada alumno. Después les mencioné los elementos importantes de una elipse y algunas de las fórmulas para encontrar dichos elementos. Para ellos fue una manera diferente de aprender el tema, un poco más relajada y divertida, trabajando de manera colaborativa, exponiendo sus ideas a sus compañeros y debatiendo cuál era la manera de resolver el reto.
Para los alumnos es una manera diferente de aprender, pero significativa en muchos aspectos. Me di cuenta de que los ejercicios de elipses que realizamos en clases posteriores había conceptos que recordaban fácilmente gracias a la figura hecha por ellos con la cuerda. De alguna manera, tener una clase más práctica les hizo recordar conceptos matemáticos fácilmente a raíz de lo que aprendieron aquel día.
Fue una clase que mis alumnos siguen recordando con una sonrisa en el rostro y me piden más clases como esa. Obviamente hay temas que se prestan para hacerlo y otros temas que resultan un poco más difíciles de plantearlos, pero creo que siempre es posible si lo pensamos y lo planeamos con anticipación.
Comparto esta experiencia con el objetivo de invitar a mis colegas docentes a sumarse a esta idea de tener algunas clases diferentes pero significativas fuera del salón de clase. De hacer que los alumnos acumulen recuerdos de sus clases que les provocan una sonrisa de lo que les enseñaron sus maestros y que seguramente compartirán esas anécdotas con sus amigos en años por venir.
Acerca de la autora
Nereyda Analy Villarreal Lozano (nereyda_avl@tec.mx) es Profesora en el Departamento de Matemáticas de Prepa Tec campus Eugenio Garza Sada. Imparte clases de matemáticas para alumnos de primero a sexto semestre, así como talleres de matemáticas para alumnos de nuevo ingreso a preparatoria y nuevo ingreso de licenciatura.
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Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 
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