Movilidad inteligente a través de la educación

El uso de sistemas de transporte sostenibles son la mejor opción para el desarrollo de ciudades inteligentes y estudios científicos así lo demuestran. Pero, ¿en qué nos afecta? ¿Hacia dónde se dirige el avance tecnológico para tener una ciudad sustentable? ¿Qué alternativas existen para involucrarnos en estas temáticas? Conoce la propuesta de dos profesores.

 

Movilidad inteligente a través de la educación
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“La movilidad inteligente abarca temas tecnológicos, económicos, sociales y culturales; los cuales no se pueden aprender si no se tiene una enseñanza guiada y sistemática”.

A inicios de este año, se publicó un reportaje en un periódico de la ciudad de Puebla, en México, titulado “Analizan inhabilitar puentes peatonales de Puebla capital”. En el artículo se planteaba que dichas infraestructuras “son obsoletas, apostando por cruces a nivel de pavimento” para hacer más incluyentes las avenidas. Tres meses después, una noticia trágica en otra ciudad en México sacudió a la comunidad, al tratarse de los integrantes de una familia impactada por un coche a alta velocidad por cruzar sin precaución una transitada avenida y no usar el puente peatonal. Casos como este suceden frecuentemente, colocando a la ciudadanía en una terrible encrucijada sobre lo que es más conveniente para la sociedad.

“La movilidad inteligente va más allá del simple uso de Google Maps o Waze para elegir la ruta con menos tráfico”.

Esta y otras eventualidades se esconden detrás de una temática de gran auge e interés: la movilidad inteligente o Smart Mobility, en inglés. Pero, ¿qué significa este término? ¿De dónde proviene? ¿En qué nos afecta? ¿Hacia dónde se dirige el avance tecnológico para tener una ciudad sustentable? ¿Qué alternativas existen para involucrarnos en estas temáticas? El presente artículo pretende responder estas preguntas, así como también compaginar las respuestas con un elemento clave del desarrollo: la educación abierta basada en la ciencia.

Movilidad inteligente

El espacio de transporte sostenible, se define como aquel que no impacta a largo plazo la sustentabilidad ecológica, satisface las necesidades básicas de transporte, y promueve la equidad intra e inter generacional. Este concepto ha ido evolucionando hacia movilidad sostenible y, en la última década, a movilidad inteligente, un concepto más activo y enfocado a la tecnología de los vehículos. Tiene su origen en la propuesta de la ONU de 1992 donde se plantearon las principales problemáticas medioambientales y la que se refiere al tráfico, la contaminación atmosférica por CO2 y el ruido.

A pesar de que “movilidad inteligente” tiene mucho que ver con los avances en el uso de combustibles y energías alternativas, seguridad, autonomía, eficiencia, control para vehículos o, mejor dicho, ingeniería de transporte, también abarca procesamiento de datos (sistemas de administración del tráfico vehicular), servicios (aplicaciones de información para pasajeros, compra de boletos en línea) y alternativas de movilidad (carro compartido, uso de bicicletas, transporte público) utilizadas en las denominadas ciudades inteligentes, en las cuales, el uso de internet, más que una ventaja, es parte de la vida diaria (Jekkel, 2017). Desde el punto de vista de sostenibilidad social, la movilidad inteligente puede desarrollar dos escenarios, como se presenta en la Figura 1, pero con las mismas ventajas a largo plazo.


Figura 1. Escenarios sociales ante el desarrollo de la movilidad inteligente (Elaboración propia con información de Jekkel, 2017).

Figura 1. Escenarios sociales ante el desarrollo de la movilidad inteligente (Elaboración propia con información de Jekkel, 2017).

Ciudades inteligentes

No existe una definición exacta para una ciudad inteligente, sin embargo, podemos hablar de sus componentes principales: gobierno, movilidad, medio ambiente, economía, modo de vida y personas, los cuales interactúan a través de una red de información y sistemas integrados mediante el uso eficiente de la tecnología moderna (Tomaszewska y Florea, 2018). En este sentido, sus habitantes están constantemente en la búsqueda de mejoras en la calidad de los servicios, a través de la conectividad, el uso de infraestructura avanzada (edificios y tecnologías de transporte), sensores y dispositivos móviles. En las ciudades inteligentes, el uso de sistemas de transporte sostenibles, son la mejor opción de desarrollo, y estudios científicos lo demuestran, pues además los sistemas inteligentes de movilidad ayudan a una mejor seguridad y efectividad en el tráfico y además a la disminución de la contaminación del aire en centros urbanos, debido a la reducción en las emisiones de CO2 (Tomaszewska y Florea, 2018).

La educación abierta basada en la ciencia

La movilidad inteligente va más allá del simple uso de Google Maps o Waze para elegir la ruta con menos tráfico. Además de los aspectos tecnológicos, la movilidad inteligente abarca temas económicos, sociales y culturales, los cuales, para que tengan un efecto significativo en nuestra vida, no se pueden aprender si no se tiene una enseñanza guiada y sistemática, es decir, educación basada en la ciencia.

En nuestro cambio de mentalidad hacia una movilidad más inteligente, es muy fácil seguir tendencias que forman parte de una moda, y que en pocos años se olvidarán y después se retomarán. En cambio, cuando el aprendizaje tiene una explicación científica del por qué pasan las cosas, es más convincente y es el motor de nuestro cambio.

Al mezclar la ciencia con la educación, se combaten problemas sociales que son controversiales y difíciles de resolver, por ejemplo, el cambio climático. Esto permea en los estudiantes un interés genuino pues hace que las lecciones sean relevantes para ellos, aportándoles habilidades como razonamiento, pensamiento sistémico, argumentación y pensamiento crítico; aclarando conceptos mal arraigados e impulsando su participación en proyectos comunitarios (Monroe y Oxarart, 2019).

De aquí que, junto con otras universidades de Latinoamérica, profesores del Tec de Monterrey diseñaron y adaptaron estudios e investigaciones científicas en un curso de verano en movilidad inteligente abierto principalmente para estudiantes de los últimos años de profesional y posgrado, pero también al público en general y actores sociales de gobierno e industria, con el objetivo de educar en las problemáticas reales que enfrenta la sociedad con respecto al cambio climático.

Curso de verano internacional en movilidad inteligente

Los cursos internacionales de verano de la red RELIEVE (Red Latinoamericana de Eficiencia Energética en Vehículos) son gratuitos y abiertos a todo público, desde alumnos de licenciatura hasta profesionistas del Tec de Monterrey y de otras instituciones y universidades. El curso internacional de verano es un modelo interdisciplinario, lo que permite que los problemas se abarquen desde diferentes puntos de vista. Los cursos de verano son itinerantes, es decir, se llevan a cabo en un país diferente cada año. Esto genera un único inconveniente: el costo de transporte para los participantes que desearon asistir en el módulo presencial. Sin embargo, esto ha sido y puede ser solventado a través de patrocinios. Este año, el curso denominado Smart Mobility se llevó a cabo en la Ciudad de Cuenca, Ecuador, para discutir temas relacionados con la movilidad sustentable. Se logró abarcar desde estudiantes hasta sector gobierno y empresa, para interactuar en torno a un problema que aqueja a todos.

El curso se llevó a cabo bajo la modalidad híbrida, es decir, una parte virtual de cuatro semanas y una parte presencial de una semana. Para el módulo virtual del curso, mediante una computadora sencilla con acceso a internet y software común no especializado, expertos internacionales, procedentes de Inglaterra, México, Perú, Ecuador, Colombia y Brasil, grabaron sus clases en videos cortos, los cuales fueron editados y cargados a la plataforma Moodle. En dicha plataforma, además, fue posible generar exámenes adaptativos relacionados con el tema del curso. Los exámenes adaptativos permiten al instructor medir eficientemente el nivel de aprendizaje de los estudiantes, pues a partir de un banco de preguntas con nivel de dificultad especificado, el examen se ajusta al nivel de avance del estudiante (Moodle.org, 2019). También se llevaron a cabo sesiones a distancia mediante la plataforma Zoom, con el objetivo de promover la discusión de temas y la respuesta a preguntas por parte de los profesores que impartieron los diferentes módulos del curso. La interacción con personas de otros países en este tipo de eventos es una experiencia invaluable. Sólo la conexión a internet es necesaria.

En el módulo presencial del curso, en la Universidad del Azuay (Cuenca, Ecuador) hubo interacción con otros sectores de la sociedad y otras culturas. Hubo 15 conferencias magistrales y múltiples talleres donde los participantes aprendieron haciendo y ejercitando los conceptos. Estos talleres fueron diseñados para desarrollar en los alumnos habilidades relacionadas con la temática del curso, como ruteo, análisis estadístico de datos, monitoreo de vehículos, simulación de tráfico y dispersión de contaminantes en vías, hasta habilidades de redacción de posters, preparación de presentaciones y publicación de artículos científicos. Una de las ventajas de la modalidad presencial, son las redes de colaboración, mejor conocidas como networking entre los asistentes. Estos eventos, además de formar crean conciencia sobre la necesidad de implementar energías alternativas, fue uno de los comentarios finales elaborado por uno de los más de 250 participantes del curso de este año.

Invitamos a los lectores a estar pendientes del próximo Curso de Verano de RELIEVE 2020, que se llevará a cabo de manera presencial en Perú. Finalmente, al hacer un uso adecuado de la tecnología para la educación, específicamente, la educación abierta basada en la ciencia, estamos potencializando la oportunidad que tenemos de aprender de otros y de desarrollar competencias para la toma de mejores decisiones, desarrollo de ciudades inteligentes y un futuro para nuestra sociedad.

Acerca de los autores

Olga Patricia Vázquez (paty.vazquez@tec.mx) tiene un Doctorado en Ciencias de la Ingeniería. Es profesora investigadora perteneciente al grupo de enfoque de Energía y Cambio Climático. Su línea de investigación actual es Eficiencia Energética en Equipos de tratamiento térmico. Es co-organizadora de los cursos internacionales de RELIEVE.

José Ignacio Huertas (jhuertas@tec.mx) tiene un Doctorado en Ciencias. Es profesor investigador perteneciente al grupo de enfoque de Energía y Cambio Climático, gestor y ejecutor de proyectos de investigación y desarrollo tecnológico en el área de combustibles, combustión y control de la contaminación del aire. Es co-organizador de los cursos internacionales de RELIEVE.

 

Referencias

Jeekel H. 2017. Social Sustainability and Smart Mobility: Exploring the relationship. Transportation Research Procedia. 25:4296-4310. DOI: 10.1016/j.trpro.2017.05.254.

Monroe MC, Oxarart A. 2019. Integrating Research and Education: Developing Instructional Materials to Convey Research Concepts. BioScience. 69 (4): 282- 291. DOI: 10.1093/biosci/biz008.

Tomaszewska EJ, Florea A. 2018. Urban smart mobility in the scientific literature – Bibliometric analysis. Engineering Management in Production and Services. 10 (2): 41-56.DOI: 10.2478/emj-2018-0010.

Red latinoamericana de eficiencia energética en vehículos. http://gieccmty.wixsite.com/relievelat

Moodle.org. 2019. Adaptive quiz. Disponible en: http://moodle.org/plugins/mod_adaptivequiz

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0