No desconectar del trabajo nos está enfermando

Si antes de la pandemia ya nos costaba trabajo desconectar, hoy es una necesidad imperiosa.

No desconectar del trabajo nos está enfermando
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La semana pasada les decía que no les quería agobiar con eventos y convocatorias, y hoy precisamente les traigo lo que viene para el mes de abril que acaba de iniciar. Pero es que parar no implica paralizarse, sino tomarse momentos (en el día, en la semana, en el mes) para reflexionar y también, por qué no, para decidir a qué decimos sí y qué cosas podemos dejar de hacer.

Esto último suena sencillo, pero no lo es, especialmente en una cultura en la que cada vez es más difícil desconectarse del trabajo. Si antes de la pandemia ya nos costaba trabajo desconectar, hoy es una necesidad imperiosa. No desconectar del trabajo nos está enfermando. La Organización Mundial de la Salud ya reconoció el burnout como una enfermedad que aqueja a gran parte de la población mundial y que no se refleja solo en cansancio, “estamos hablando de un daño físico en el ámbito neurológico conocido como estrés psicosocial por derrota reiterada”, dice Beatriz González en un artículo publicado en UOC News. El artículo da unos consejos muy buenos para aprender a desconectar, porque parece que hemos olvidado cómo hacerlo. 

De esos consejos quiero concentrarme en dos:

  1. Ponernos y poner límites: “Debemos aprender a pensar ‘esto no puedo hacerlo, lo dejo para mañana’ y decir ‘no’ porque ahora es nuestro tiempo. Si no llegamos, volvemos a planificar entendiendo que quizá hemos sobreestimado el tiempo que teníamos o los objetivos, además de pedir ayuda si la creemos necesaria, porque hay un límite que no podemos sobrepasar”.
  2. Evitar los sentimientos de culpa: En el artículo explican que hay una relación directa entre lo que se conoce como PEC, es decir, la relación entre lo que piensas (Pensamiento), lo que sientes (Emoción), y lo que haces (Conducta). «Por lo tanto, lo primero es averiguar qué pensamiento estoy teniendo sobre mí, si me estoy maltratando, pensando que soy un desastre o que no doy para todo. Son pensamientos que nos dañan muchísimo y además, no se corresponden con la realidad. Quizás hoy no he terminado todo lo que tenía que hacer, pero eso no quiere decir que no lo vaya a terminar nunca», señala la psicóloga Agnès Brossa.

Les recomiendo que lean el artículo completo que explica de manera muy sencilla y puntual por qué es importante que desconectemos (de verdad) del trabajo y las consecuencias físicas y mentales de cuando no lo hacemos. Destaco los dos puntos anteriores porque me parece sumamente importante que no nos maltratemos y que aprendamos (me incluyo) a poner límites, a decir “no” o “no en este momento”, y que cuando lo hagamos, no nos hablemos mal, no nos sintamos culpables por no poder abarcarlo todo.

Tomando en cuenta lo anterior, la semana pasada, después de haber celebrado el quinto encuentro del Círculo de Lectura del Observatorio, un convivio maravilloso en el que conversamos sobre el libro “Desescolarizando la sociedad” de Ivan Illich, hice un ejercicio de reflexión al momento de planificar los próximos encuentros del Círculo de Lectura. Me di cuenta de que, por razones personales y laborales, en los meses de abril y mayo no me sería posible hacer estos encuentros mensuales. Al principio me sentí culpable y busqué alternativas para sí hacerlos, después intenté encontrar motivos rebuscados para justificar porqué no habrá conversatorios en esos meses. Pero la razón es simple: no puedo. Me mudo de país, de un continente a otro, después de nueve años de vida en esta ciudad, regreso a México. No solo tengo mucho trabajo por hacer, también tengo que vivir un duelo. El duelo de dejar mi vida aquí para empezar otra. Por esta razón, no habrá Círculo de Lectura este mes ni el siguiente. El plan es retomar los encuentros en junio, pero ya les contaré más al respecto en las próximas semanas.

Dicho esto, les comparto el calendario de webinars, convocatorias, y talleres para el mes de abril. Revísenlos, reflexionen, apúntense a lo que puedan y no se olviden de ponerse límites. 

 

Hasta la próxima semana.

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio de Innovación Educativa

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0