Aprendizaje Basado en Retos, una respuesta para educar el Liderazgo Social

El Aprendizaje Basado en Retos permite vincular el aprendizaje con la comunidad a partir de una reflexión que permite al alumnado explorar las necesidades y desafíos para proponer soluciones tangibles.

Aprendizaje Basado en Retos, una respuesta para educar el Liderazgo Social
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Una lectura de 7 minutos

“El conocimiento aunado a la experiencia motiva al estudiante a vivir su propia importancia como individuo capaz de dar y beneficiar a la sociedad”.

La perspectiva educativa en los últimos tiempos se ha decantado por acercar haceres y no solo saberes teóricos a la vida estudiantil. Como sabemos, la pedagogía tradicional se ha quedado corta en el binomio enseñanza-aprendizaje y el enfoque heredado hacia el conocimiento, instalado en una sola vía maestro-alumno, se enfrenta a diversas situaciones que nos alejan cada vez más de esa perspectiva mostrando una interacción dinámica y de múltiples vías. Como lo menciona el académico francés Michel Serres, nuestros alumnos “… ya han tenido acceso a esa información y debemos tenerlo en cuenta, la naturaleza de las clases ha cambiado…” (Editorial Gedisa, 2014).

Los estudiantes son entes activos que habitan e interactúan con su realidad. Cada día es más común que se presenten en el aula con conocimiento previo al contenido de la clase. Por ello, elaborar retos de aprendizaje que incluyan el proceso de ideación, reflexión, propuesta e implementación que deriven hacia la ejecución de acciones específicas para la comunidad dentro de la duración de una materia, le da un giro sustancial al proceso de aprendizaje. El conocimiento aunado a la experiencia se convierte en la sangre que corre por las venas y que anima al pupilo a vivir su propia importancia como individuo capaz de dar y beneficiar a la sociedad.

“Las universidades tienen el reto de formar seres humanos que se involucren como líderes con un alto grado de responsabilidad en su comunidad”.

La pertinencia social se propuso como uno de los puntos fundamentales en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior de la UNESCO, celebrada en París en el año 2009. Además, se hizo un llamado a las universidades hacia una mayor responsabilidad social y a la generación de conocimiento para dar respuesta a desafíos globales que abarcan desde la seguridad alimentaria, el cambio climático, el manejo del agua, así como el diálogo intercultural y la salud pública mediante la formación de “ciudadanos éticos comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia” (Tünnerman, 2010 p. 45).

Para el 2025, de acuerdo con el reporte Empleos del Futuro creado por el World Economic Forum, dentro de las diez habilidades esenciales para desarrollar se encuentran el Liderazgo e Influencia Social (Whiting, 2020). Las universidades tienen el reto de formar seres humanos que se involucren como líderes con un alto grado de responsabilidad en su comunidad.

Antes de la pandemia era necesario extender los saberes implicando al alumno en experiencias fuera de los límites físicos del aula, el reto que tenemos frente a nosotros nos exige, además, trascender el confinamiento doméstico con ayuda de los espacios virtuales, llevándonos a un nuevo nivel: dirigir los límites conceptuales y físicos-virtuales más allá del campus universitario y del aula virtual. El Aprendizaje Basado en Retos (ABR por sus siglas en español) permite relacionar el proceso de conocimiento con el entorno, el cual es un campo de oportunidad para lograrlo. Bajo la perspectiva de John Dewey es posible considerar la acción educativa como un medio para alcanzar las mejores propuestas para el desarrollo social (Niebles, 2005).

Por lo anterior, es esencial involucrar a los alumnos desde el origen mismo del reto a partir de una reflexión que les permita explorar las necesidades de la comunidad y definir los propios límites del desafío para proponer soluciones tangibles que implementen durante el tiempo destinado a un bloque o a una materia en cuestión. Un bloque es un “conjunto de al menos un reto junto con módulos de aprendizaje con conocimiento teórico y práctico” (Villanueva, 2019).

No debemos presentar el reto definido como un supuesto genérico a partir del cual el alumno solo alcance la generación y presentación de proyectos. Por el contrario, buscamos dar a los estudiantes la oportunidad de, a través de la implementación de su propuesta, convertirse en un actor que impacte en el presente y de manera real a su entorno. El Tecnológico de Monterrey ha adoptado el aprendizaje práctico del enfoque ABR involucrando activamente al estudiante en una situación problemática real, relevante y de vinculación con el entorno (Edu Trends, 2015).

Reto de aprendizaje para los alumnos

En el bloque de Escritura Creativa utilizamos la metodología ABR durante las cinco semanas de duración. Se propuso como reto inicial: la creación de un libro digital como proyecto de escritura creativa personal. Una característica para considerar es que dicho bloque es optativo y se ofertó para el alumnado del Tec de Monterrey de las Escuelas de Negocios y de Ingeniería, mismos que no tenían como uno de sus principales quereres el escribir narrativa o que, por la misma exigencia de su camino profesional, no se habían involucrado anteriormente con un proyecto similar.

A partir de dicha propuesta se generó la pregunta detonante que derivó en la vinculación activa del alumnado con la comunidad, además de incrementar la dificultad en la propia exigencia de la competencia escritural: optar por escribir para sí mismo o para el otro. Así, el objetivo de cumplir con un proceso individual adquirió un proceso con vocación social.

“Para alcanzar el reto se incorporaron de manera orgánica diversas herramientas tecnológicas que ayudaron a la apertura y fluidez de una comunicación abierta, flexible y horizontal”.

A través de cuatro módulos necesarios para desarrollar una escritura creativa los alumnos aprendieron diversos conceptos tales como recursos narrativos, apropiación de la realidad, lenguaje literario, géneros, y formatos. El aprendizaje basado en procesos conceptuales, procedimentales y actitudinales los llevó a elaborar su proyecto de escritura individual mismo que versó en temas tan diversos como: ciencia ficción, romance, aventuras y procesos de duelo.

Los alumnos aceptaron de manera entusiasta un nuevo nivel del reto: escribir narrativa para los enfermos del Hospital Central (hospital COVID), en la ciudad de San Luis Potosí.

Comprender el contexto actual de la pandemia y cómo afecta a pacientes de todas las edades que se encuentran internados por coronavirus, cáncer u otros padecimientos. Entender cómo se ha complejizado el trato de los profesionales de la salud que los atienden detrás de un traje de protección, del cubrebocas y de la careta reduciendo el contacto humano y privarlos del acompañamiento de familiares son hechos que derivan a un mayor aislamiento para quienes necesitan más que nunca una palabra de aliento. Por ello, elegimos mandarles un mensaje de empatía y de esperanza a través de cuentos escritos especialmente para ellos.

La complejidad que se fue construyendo en el bloque conforme los días avanzaban requería de una mayor calidad en la escritura, toma de decisiones y solución de problemas además del aprendizaje teórico. La integración de otras personas externas al grupo que se unieron de manera espontánea para dar vida a este proyecto permitió entrar a un flujo de confianza, ligereza y sentido de comunidad en contraposición a la rigidez propia de la estructura pedagógica tradicional.

Para alcanzar el reto se incorporaron de manera orgánica diversas herramientas tecnológicas que ayudaron a la apertura y fluidez de una comunicación abierta, flexible y horizontal. Facilitaron, además, el aprendizaje desde múltiples vertientes derivadas de la interacción en varios niveles: entre pares; entre la profesora y los alumnos; entre el grupo y el socio formador; entre el grupo y los expertos, y, por último, entre el grupo y la sociedad.


Imagen 1: Herramientas para una comunicación orgánica y para el aprendizaje.

Imagen 1: Herramientas para una comunicación orgánica y para el aprendizaje.

El proyecto desde su inicio permitió una apertura gracias a no presentar ya delimitado el reto. Alcanzó una implementación que llevó a un beneficio para la comunidad y que trajo consigo la valoración del alumnado en su propio quehacer al aportar su ejercicio universitario para empatizar con el otro. Cada alumno escribió un libro digital el cual se compartió a través de tabletas adquiridas a partir de una estrategia de generación de recursos que consistió en una rifa y patrocinios. Se logró, además de duplicar el número de tabletas del planteamiento original, la donación de gel antibacterial y de cubrebocas para el Hospital.

La evaluación consistió en la realización de una Bitácora que tuvo como objetivo documentar el proceso de la propuesta creativa. Se consideraron procesos de retroalimentación y reflexión para valorar la subcompetencia de Autoconocimiento, y la entrega del proyecto de escritura para la Representación Intencional y Producción de Contenidos y Narrativas.

No cabe duda, que implementar el ABR permite vincular el proceso de aprendizaje del aula con la sociedad. Logra profundos beneficios que trascienden, del ejercicio teórico y el interés del alumno por la nota aprobatoria, al compromiso con su propio quehacer para impactar de forma beneficiosa a su comunidad y lo lleva hacia una reflexión sustancial sobre un mejor desarrollo social.

Es importante retomar ciertas consideraciones para mejorar el alcance de este proceso. Crear acciones que involucren a cada alumna y alumno en el tema de organización y generación de propuestas. Trabajar con la humildad y el bien común más allá de la perspectiva individual para contrarrestar un sentido de jerarquía normalizado que se originó ante los que colaboramos más e hicimos más frente a los que colaboraron menos e hicieron menos y sustituirlo por un trabajo colaborativo para buscar un bien social en donde la acción de cada uno sume en el alcance final.

El presente escrito es una invitación para implementar esta metodología de aprendizaje abierto en sus áreas de estudio. Involucrar de manera activa a los estudiantes frente a problemáticas reales de su comunidad. Implementar acciones puntuales durante el proceso de aprendizaje con miras a lograr el desarrollo de una mejor sociedad y compartir, como docentes, la experiencia de aportar esta nueva propuesta educativa.

Acerca de la autora

Marisol Álvarez Tostado Fernández (marisol.alvareztostado@tec.mx) es Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Tiene una Maestría en Antropología Cultural y un Doctorado en Psicología. Es Investigadora de procesos de pensamiento y Guía Montessori. Es profesora de cátedra en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus San Luis Potosí. Ha sido conferencista, colaboradora y editora en diversos foros, medios impresos y digitales. Ha sido ponente a nivel nacional en el congreso NOVUS organizado por el ITESM.

Referencias

Editorial Gedisa (2014). Michel Serres habla sobre Pulgarcita [Video]. YouTube. http://youtu.be/4-LHiGq8QLI

Edu Trends (2015). Aprendizaje Basado en Retos. Monterrey, México.: Observatorio de innovación educativa. https://observatorio.tec.mx/edutrendsabr

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Malagón Plata, L. (2006). La vinculación universidad-sociedad desde una perspectiva social. Colombia: Universidad de La Sabana. Recuperado el 21 de septiembre de 2020 de http://www.redalyc.org/pdf/834/83490210.pdf

Niebles Reales, E. (2005). La educación como agente del cambio social en John Dewey. Colombia: Universidad del Atlántico. Recuperado el 12 de septiembre de 2020 de http://www.redalyc.org/pdf/937/93701003.pdf

UNESCO (1998). Conferencia mundial sobre la educación superior. La educación superior en el siglo XXI: Visión y Acción. París. Recuperado el 10 de septiembre de 2020 de http://sigc.uqroo.mx/Documentos%20Externos/Educacion%20Siglo%20XXI%20UNESCO.pdf

Tecnológico de Monterrey (2020). Modelo Tec21. Consultado en http://tec.mx/es/modelo-tec21

Tünnermann Bernheim, C. (2010). Las conferencias regionales y mundiales sobre educación superior de la UNESCO y su impacto en la educación superior de América Latina. Universidades, núm. 47. Recuperado el 18 de septiembre de 2020 de http://www.redalyc.org/pdf/373/37318570005.pdf

Villanueva, A.  (2019). El ABC del Modelo Tec21 del Tecnológico de Monterrey. México: Tecnológico de Monterrey. Recuperado el 30 de noviembre de 2020 de http://tec.mx/es/noticias/nacional/educacion/el-abc-del-modelo-tec21-del-tecnologico-de-monterrey

Whiting, K. (2015). These are the top 10 job skills of tomorrow- and how long it takes to learn them. Ginebra, CH.: World Economic Forum. http://www.weforum.org/agenda/2020/10/top-10-work-skills-of-tomorrow-how-long-it-takes-to-learn-them/

Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Observatorio de Innovación Educativa

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