El rol del estudiante de medicina y ciencias de la salud ante una pandemia

Poseer conocimientos y competencias médicas otorga a los estudiantes la responsabilidad de sumar esfuerzos y hacer frente a las necesidades sanitarias derivadas de la pandemia por COVID-19.

El rol del estudiante de medicina y ciencias de la salud ante una pandemia
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Una lectura de 16 minutos

Los estudiantes tienen la oportunidad de aplicar sus conocimientos y competencias médicas en beneficio de su desarrollo profesional y del bienestar social de su comunidad, involucrándose en diferentes roles de acuerdo con nivel de las competencias alcanzadas en el proceso de su formación.

La pandemia por COVID-19 ha trastocado el sector educativo a nivel mundial, afectando la operación normal de las escuelas de medicina y ciencias de la salud. A diferencia de otras disciplinas, durante la contingencia, los profesores y los estudiantes tienen un papel activo en las labores propias de la profesión (1). Por ello, es momento de replantear el rol que juegan los profesionales de la salud en formación, no solo para mantener la continuidad de sus procesos de aprendizaje, sino para convertirse en un agente que forme parte de la respuesta sanitaria.

La misión de las escuelas de medicina tiene un propósito formativo y social, considerando como idea fundamental velar por el bienestar de la comunidad (2,3). Por un lado, se tiene la necesidad de continuar la formación de profesionales de la salud con métodos alternativos que protejan la integridad y seguridad de los involucrados, y por otro, el deseo de sumar esfuerzos para atender el incremento de las necesidades sanitarias derivadas de la pandemia por COVID-19.

“Actualmente se vive un momento trascendental en la educación clínica, porque además de la incertidumbre habitual que enfrenta un estudiante de medicina durante un acto educativo, en esta contingencia sanitaria, se enfrenta al temor que implica el contagio y la enfermedad”.

Si bien algunos estudiantes, con un profesionalismo desarrollado y un alto compromiso social, pueden manifestar el deseo de colaborar durante la crisis, un enfoque centrado en el paciente implica garantizar que cuenten con la competencia profesional, seguridad y eficiencia a través de cada una de las fases de atención: a) conocimiento del paciente, b) diagnóstico, c) intervención, y d) seguimiento (7). Por esta razón surge la necesidad de revisar los requisitos para su participación, sin olvidar que, para todo el equipo de salud (incluidos los estudiantes), el paciente es nuestra primera responsabilidad.

En este sentido, la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (5) y la “Association of American Medical Colleges” (AAMC) (6) se pronunciaron recomendando temporalmente la suspensión de actividades clínicas en ámbitos hospitalarios para los estudiantes de medicina y de ciencias de la salud cursando el nivel de licenciatura.

Las universidades que han retirado a los estudiantes de la actividad clínica deben diseñar un plan de acción e implementar estrategias para capacitar a los estudiantes con la preparación que necesitan a fin de reincorporarse al equipo de salud en fases posteriores de la contingencia (4,8). Es importante considerar que, de acuerdo con la gravedad de la crisis sanitaria, el personal en formación se convierte en una reserva profesional que podría entrar en acción si una escasez de personal de salud se presenta (4).

Rol del estudiante de las ciencias de la salud durante la pandemia de COVID-19

Años preclínicos

En años preclínicos, las actividades de aprendizaje se desempeñan principalmente en el aula, este grupo de estudiantes se encuentra en menor riesgo de exposición comparado con aquellos en etapas de aprendizaje en áreas clínicas. La transformación a un modelo educativo a distancia permite la continuidad académica, de forma parcial o completa, de acuerdo con los recursos disponibles. En el Tecnológico de Monterrey, a través del Modelo Flexible Digital (MFD) se continúa con el currículum profesional de los estudiantes de ciencias de la salud de nuestra Institución.

Entrelazado se encuentra el compromiso con la sociedad y la responsabilidad social de la profesión por el bien común. Donde el estudiante como parte del equipo de salud y futuro profesional, tiene la oportunidad en situaciones como la actual para fortalecer su inclusión en el mismo. El hecho de poseer conocimientos y competencias médicas le otorga una responsabilidad mayor y la oportunidad de involucrarse en otros roles que beneficien tanto a su desarrollo profesional como a su comunidad. En diferentes universidades de Europa y Estados Unidos, los estudiantes son quienes han identificado distintos roles de valor para participar de forma voluntaria y así apoyar al sistema de salud y a su comunidad (9,10).

Así mismo, deben continuar con su formación teórica y clínica mediante la revisión y análisis de casos de la pandemia, es una oportunidad única para la discusión y realimentación de los estudiantes y los equipos de salud, mediante modelos de aprendizaje basado en problemas utilizando las técnicas de la medicina basada en evidencias (11,12). La simulación también puede jugar un papel importante para continuar con el desarrollo de las competencias clínicas, incluidas las emocionales. (13)

En la Figura 1. Se muestra la estrategia de Long (14) con los posibles roles que puede ejercer el estudiante y los requisitos que las actividades a desarrollarse en cada rol deberán cumplir para otorgar beneficio a todos los participantes. Los estudiantes, durante el cumplimiento de estas actividades en su etapa formativa, requieren supervisión y guía constante de un profesor.

Roles de los estudiantes de medicina


Figura 1. Diagrama de los roles de los estudiantes y los requisitos sugeridos para las actividades a realizar según el entorno. Adaptado de las estrategias de Long (14).

Figura 1. Diagrama de los roles de los estudiantes y los requisitos sugeridos para las actividades a realizar según el entorno. Adaptado de las estrategias de Long (14).

Actividades para realizar durante la cuarentena

A. Apoyar en la diseminación de información con base científica que pueda informar a la población sobre medidas de prevención de la enfermedad. Así como de estrategias de bienestar nutricional, físico y emocional durante el tiempo de aislamiento. (15)


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B. Formar bases de datos nacionales e internacionales de actividades en las que estudiantes fungen como apoyo al resto del equipo de salud y compartirla con otros estudiantes y escuelas de medicina. (16)

C. Crear equipos de apoyo para sus compañeros que mitiguen el impacto físico y social el aislamiento produce. (17) Crear equipos con funciones diversas tales como sesiones para asesoría académica virtual, reuniones de apoyo emocional, sistema de red “Check-in” entre compañeros que busque el asegurar el bienestar de cada uno, así como otras iniciativas organizadas por estudiantes para estudiantes.

D. Apoyo paralelo. En algunas universidades, estudiantes han creado apoyos que tienen gran valor para el resto del equipo de salud y pueden darse sin riesgo como son: campañas de recolección de mascarillas, caretas y equipo protector,Call center” para atención de dudas, atención en estancias infantiles para hijos de trabajadores de salud, entre otras. (15)

E. Grupos de discusión clínica. Para continuar con el desarrollo de las competencias clínicas relacionadas con el desarrollo del pensamiento crítico y la toma de decisiones, es positivo alentarlos a revisar, analizar y discutir casos clínicos actuales derivados de la pandemia, mismos que obliguen a la revisión de la evidencia científica disponible que mediante revisiones sistematizadas puedan realimentar a los profesionales de la salud al frente de la atención de los pacientes. (10,11)

Para el éxito de dichas actividades, se sugiere formar equipos de trabajo donde se incluya la presencia de líderes estudiantiles en la creación, planeación e implementación de las iniciativas, así como la guía de profesores entusiastas. El empoderamiento de los estudiantes y el tono en el que se introduzcan al resto de la población estudiantil y del profesorado afectará en el éxito de estas.

Años clínicos

Partiendo de las preguntas, ¿cómo se puede desarrollar la educación clínica y la participación de los estudiantes en un entorno clínico (hospitalario o ambulatorio) en plena contingencia sanitaria? y ¿Cuál es su participación en dichos entornos clínicos?, se generan las siguientes observaciones y recomendaciones.

Educación Clínica

La educación clínica es un proceso de alta complejidad en el que participan diferentes personajes: el profesor (clínico experto), el estudiante (estudiante en ciclos clínicos), el ambiente (cualquier escenario clínico) y el paciente (razón de ser del proceso enseñanza aprendizaje) ver Figura 2. Es un proceso dinámico en el que hay interrelación permanente entre sus personajes, y que en situaciones rutinarias se encuentra fuertemente influenciado por la incertidumbre. Es una dinámica en la que las emociones humanas intervienen de manera importante en el resultado del misma. Demanda para garantizar la seguridad del paciente y alta calidad en la atención médica; una base sólida de conocimientos en ciencias médicas y de un alto nivel de inteligencia y madurez emocional. Esto se refleja en el compromiso social que los estudiantes de medicina van adquiriendo conforme van avanzando en su evolución académica.

Educación clínica

La característica principal de la educación clínica es que se desarrolla en ambientes reales, que pueden abarcar desde la consulta externa en el primer contacto con el paciente en ambientes ambulatorios hasta ambientes hospitalarios, quirúrgicos, de medicina crítica y de emergencias. En el artículo “Me preparo para ayudar: respuesta de escuelas de medicina y ciencias de la salud ante COVID-19”; Valdez (4) menciona que dependiendo de la etapa de formación de los estudiantes; es diferente el grado de responsabilidad y toma de decisiones que guardan los estudiantes en un entorno clínico. Por lo que el análisis de la participación de los estudiantes durante la contingencia deberá realizarse basada en el grado académico y el nivel de dominio de competencias clínicas que los estudiantes presenten.


Figura 2. El Tecnológico de Monterrey forma líderes, no sólo en la ciencia médica, si no también líderes en la sociedad sensibles al dolor humano y ocupados en mejorar o contribuir al estado de bienestar de los pacientes.

Figura 2. El Tecnológico de Monterrey forma líderes, no sólo en la ciencia médica, si no también líderes en la sociedad sensibles al dolor humano y ocupados en mejorar o contribuir al estado de bienestar de los pacientes.

Postura de las Instituciones Educativas a la reincorporación de estudiantes de medicina en ciclos clínicos al sistema hospitalario durante la Contingencia Sanitaria COVID-19

Los estudiantes que se reincorporen a los entornos clínicos (ambulatorios y hospitalarios) deberán de hacerlo con las medidas de seguridad necesarias que incluyen tres puntos básicos de un Programa de Capacitación:

  1. Capacitación previa sobre COVID-19

  2. Capacitación sobre la utilización de Equipo de Protección Personal (8)

  3. Capacitación sobre la dinámica del movimiento dentro del equipo de atención médica dentro de un servicio hospitalario. Así como de una sistematización de acciones y normas que busquen asegurar una participación ordenada acorde a su nivel de preparación profesional.

Todo bajo el cobijo de la institución educativa en común acuerdo con las instituciones de salud en donde se encuentren dichos entornos clínicos. Estos acuerdos deben incluir cómo es que la institución asistencial se encargará de la proveeduría de equipo de protección personal adecuado a todos los alumnos que participen en la atención de pacientes.

En el artículo “Guidance on medical students participation in direct patient contact activities” publicado por la AAMC (6), la participación de los estudiantes debe fundamentarse en las consideraciones epidemiológicas de la localidad, la necesidad y disponibilidad  de equipo de protección personal y la adecuada cobertura en los profesionales que están trabajando directamente con pacientes infectados. Otro elemento a considerar es la disponibilidad de las pruebas (escrutinio y diagnósticas confirmatorias) para COVID-19. Se debe garantizar la supervisión y vigilancia, así como la atención médica de los estudiantes, durante su participación como a cualquier otro integrante del equipo de salud.

La participación de estudiantes en etapa inicial o avanzada podrá desarrollarse si cuenta con: 1) disponibilidad de equipo de protección personal, 2) si está garantizada la protección, supervisión y vigilancia/monitoreo del bienestar integral y 3) en caso de ser requerida; también la atención médica (departamento de salud escolar, seguro de gastos médicos, acceso a servicios de salud institucionales o públicos).

En el presente documento, hemos clasificado a los estudiantes de ciencias clínicas en dos grupos, de acuerdo con su grado de avance académico:

A.    Estudiantes de la etapa inicial de la formación clínica (los que no han cursado todas las rotaciones troncales: cirugía, medicina interna, ginecología y obstetricia y pediatría)

B.    Estudiantes de la etapa avanzada de la formación clínica (los que ya cursaron las 4 troncales y se encuentran en las rotaciones terminales).

Clasificación de estudiantes de ciencias clínicas

A.  Primer nivel de atención: estudiantes en etapa inicial de formación clínica profesional

Los estudiantes en la etapa clínica en fase temprana de su formación podrán participar en el primer nivel de atención ya que cuentan con las herramientas clínicas y médicas necesarias para:


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  • Apoyar en la educación y promoción de la salud de la población, educando sobre medidas de higiene y limpieza que puedan prevenir la infección y el contagio. Así como sobre la enfermedad y las consecuencias que pudiera tener esta.

  • Liderar la importante tarea de desmentir información falsa y evitar su propagación. La proliferación de noticias falsas o rumores es un nuevo factor en la arena de la salud pública que los estudiantes en esta etapa pueden combatir.

  • Analizar, catalogar, resumir y ordenar la vasta información que surge cada día respecto a la pandemia. Cientos de artículos, protocolos, guías de manejo, noticias y revisiones se publican cada semana. Los estudiantes cuentan con las herramientas necesarias para diseñar y armar repositorios de información en los cuales las instituciones de salud puedan apoyarse para toma de decisiones.

  • Detectar de manera temprana y oportuna casos sospechosos. Educar en la detección de datos clínicos de alarma para que la población acuda a solicitar atención médica.

  • Referir de manera temprana casos con factores de riesgo o con complicaciones. El estudiante es capaz de detectar, incluso a distancia, signos y síntomas relevantes para tomar la decisión de referir al paciente al segundo o tercer nivel.

  • Cuidar y proteger a la población, haciendo sentir a los pacientes seguridad en la información y vigilancia cercana; tratando de recordar la antigua participación del médico de cabecera en las familias.

  • Aplicar pruebas rápidas para diagnóstico, siempre y cuando el estudiante sea debidamente capacitado y cuente con las medidas y equipo de seguridad necesario.

  • Participar activamente en la identificación de información verdadera y basada en evidencia al tiempo de generar contenidos (audiovisuales o textuales) que pueden ser distribuidos por diferentes medios de comunicación. Respetando la no sobresaturación de información sobre la pandemia al mismo tiempo que se busca contribuir de manera responsable a la diseminación de material educativo para la población en general y personal de salud.

B.   Segundo y tercer nivel de atención: estudiantes en etapa avanzada de formación clínica profesional

Las actividades de los estudiantes deben ser supervisadas y tutoradas por un experto clínico, garantizando su seguridad con el equipo personal de protección adecuado.  Su participación es en gran medida como observador del proceso de atención sin obstaculizar la dinámica de esta. El estudiante podrá guiarse siguiendo el actuar de su tutor y de los expertos que se encuentran atendiendo pacientes potencialmente infectados; deberá seguir un algoritmo de observación de patrones clínicos para identificar el mecanismo de razonamiento que los lleve a tomar decisiones en cuanto a diagnóstico y medidas terapéuticas; apoyará a los expertos asistiendo la exploración de pacientes cuando el tutor así lo considere. Además, podrá:


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  • Apoyar durante el acto médico como un soporte emocional al experto; en este momento el estudiante podrá desarrollar competencias de resiliencia, empatía y liderazgo al contribuir de forma positiva a la atención médica.

  • Desarrollar y mejorar la comunicación médico-paciente al observar y ejecutar comunicaciones a los familiares, y a los mismos pacientes.

  • Participar en la toma de muestra para diagnóstico, debidamente capacitado con las medidas y equipo de seguridad necesario, y así ser un elemento activo en las tareas del equipo de salud al que pertenece.

  • Participar en el registro de las acciones que se hagan durante la jornada.

  • Dar seguimiento a distancia a pacientes que son diagnosticados con COVID-19, pero no requieren hospitalización. Esto es, apoyando al paciente y sus familiares, así como a los profesionales expertos a través de informes que les permitan conocer la situación de estos pacientes. Los estudiantes pueden desarrollar y fortalecer conocimientos clínicos de vigilancia respiratoria y detectar datos de insuficiencia respiratoria; también los datos que pudieran alertar sobre un deterioro sistémico del paciente y que requiera atención médica hospitalaria de urgencia.

  • Dar seguimiento a distancia a pacientes ingresados y dados de alta, que se encuentran en casa terminando la fase de recuperación de la enfermedad.

Recomendaciones sobre reincorporación de estudiantes en actividades clínicas

Actualmente se vive un momento trascendental en la educación clínica, ya que además de la incertidumbre a la que se enfrenta habitualmente el estudiante de medicina durante un acto educativo; durante la contingencia sanitaria por COVID-19 se enfrenta al temor que implica el contagio y la enfermedad.

Recomendaciones previas a la reincorporación

  • Apoyo de la institución académica al estudiante a través de la creación de un Cuerpo Colegiado Nacional y Regional que supervise la participación de los estudiantes y su seguimiento.

  • Comprobar estado de salud mental de los estudiantes antes de su reincorporación. La detección de datos de depresión y ansiedad, con la finalidad de no exponerlos a un deterioro emocional o psiquiátrico al someterlos al estrés durante su participación.

  • Vigilancia cercana de la salud física y mental de los estudiantes tanto de las instituciones educativas como de las instituciones hospitalarias.

  • La supervisión de los estudiantes durante la reincorporación a los entornos clínicos durante la pandemia debe ser un compromiso compartido entre las instituciones educativas como de las instituciones de salud.

  • Comprobar que el alumnado tenga, por parte del alumno, el tener las competencias clínicas mínimas requeridas para su participación a través de evaluaciones y certificaciones de diversas instituciones educativas que documenten el manejo de estas.

Competencias clínicas mínimas requeridas

  1. Conocimientos médicos

  2. Habilidades manuales para realizar procedimientos básicos de exploración física

  3. Toma de muestras

  4. Capacitación en movilidad y comportamiento en un hospital COVID-19. Esto es que el estudiante desarrolle competencias relacionadas al uso de equipo de protección personal, exploración física a un paciente potencialmente infectado y a paciente enfermo de COVID-19, fisiopatología y clínica de COVID-19, y entender cómo se suma al equipo de atención.

Con estas competencias el estudiante se presentará como un recurso de apoyo al equipo de profesionales de la salud que intervienen en la atención de pacientes.

Si se garantizan estas condiciones básicas, así como las garantías de seguridad para los estudiantes por parte de las instituciones de salud, la reincorporación de los estudiantes de medicina será crucial para la mejora en la capacidad de la atención médica a los pacientes. Así mismo, provee a los estudiantes de experiencias de vida personal y profesional, al tiempo de aumentar sus conocimientos médicos. Les permitirá tener antecedentes que formen parte de su experiencia educativa, con un aprendizaje significativo que puedan utilizar en una situación futura en condiciones similares.

La participación de los estudiantes del programa de Médico Cirujano en etapa de formación avanzada de Ciencias Clínicas en el proceso de atención médica durante la contingencia sanitaria por COVID-19, puede significar una importante oportunidad y diferencia del modelo de atención y respuesta de las instituciones educativas, generando profesionales que forman parte de un equipo de salud, que cuentan con una formación humanista, responsable, comprometida socialmente y ética durante un desastre o emergencia de éstas dimensiones. La reincorporación debe ser muy cuidadosa y supervisada por un tutor y por la institución educativa, con la responsabilidad al reconocer que los estudiantes están frente a una oportunidad extraordinaria de entrenamiento y formación para su desarrollo profesional y personal.

Conclusiones: beneficencia, autonomía y responsabilidad social

En conclusión, nos encontramos ante una situación que demanda una expresión extraordinaria del deber ético y profesional fundamental de todo profesional médico: la primacía de la beneficencia al paciente y la responsabilidad social de la profesión de procurar el derecho a la salud. Y con una oportunidad histórica, particularmente en el caso de los estudiantes de medicina, para demandar su rol manifestándose como miembros activos y relevantes del equipo de salud, que asumen su responsabilidad de servicio en tiempos de crisis y de solidaridad con la profesión (18).

Sobre ello, Gallagher y Schleyer (19) abordan la interrogante de cómo debemos balancear los imperativos de atención clínica y de educación con los del bienestar y seguridad de los estudiantes. Ante la incertidumbre y frustración por la pérdida de las experiencias tradicionales de educación (20), las instituciones de educación médica y los estudiantes tienen hoy la alternativa de la innovación: contribuir a generar nuevos entornos y estrategias para alcanzar no solo el interés personal de la formación profesional, sino también como un acto de ética profesional de compromiso y responsabilidad con el bien común.

Los estudiantes, cada uno de ellos, con el pleno derecho de su autodeterminación y del ejercicio de su autonomía, tendrán que decidir responsablemente si contribuyen a construir y explorar con creatividad, innovación y flexibilidad un nuevo puente entre el desarrollo de sus competencias profesionales y el cuidado del paciente en el entorno de crisis actual de los sistemas de salud ante la pandemia (16), sin renunciar a su bienestar e integridad personal, con responsabilidad y valentía.

Para acceder a más información consultar aquí.

Hoy, el futuro y la esperanza son ellas y ellos.

Acerca de los autores

Jorge E. Valdez-Garcia (jorge.valdez@tec.mx) es Decano de la EMCS, con 25 años de experiencia docente en profesional y posgrado. Investigador (SNI 1) en ciencias de la salud. Autor de 3 libros, 10 capítulos y más de 80 artículos de investigación. Académico Titular de la Academia Mexicana de Cirugía. Vicepresidente de la AMFEM (Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina).

Irma E. Eraña-Rojas (ierana@tec.mx) es Médica Cirujana con especialidad en Anatomía patológica cursando el Fellowship in Health Professions Education: Accreditation and Assessment (FAIMER), Associate Fellow for Association for Medical Education in Europe (AMEE). Profesora de patología y directora de Carrera de Médico Cirujano del Tecnológico de Monterrey campus Monterrey.

José A. Diaz Elizondo es Médico cirujano con especialidad en Cirugía General con subespecialidad en Laparoscopía Avanzada; recertificado por cuarta ocasión por Consejo Mexicano de Cirugía General. Doctorado en Ciencias Clínicas participando en proyectos de investigación con la Escuela de Ingeniería y Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey. Director de Ciencias Clínicas en la Escuela de Medicina Región Norte.

Mary Ana Cordero-Díaz es Médica Cirujana por la Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey y Diploma en Estudios Avanzados y Suficiencia Investigadora en Humanidades con especialidad en Filosofía Moral por la Universidad Carlos III de Madrid. Docente y Coordinadora del Programa de Profesionalismo y Bienestar en Especialidades Médicas.

Alejandro Torres-Quintanilla es Médico Cirujano con Maestría en Ciencias con especialidad en Biotecnología, cursando doctorado en Biotecnología. Profesor de Fisiología en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey campus Monterrey.

Lydia Zeron-Gutiérrez es Médica Cirujana, Maestría y Doctorado en Ciencias de la Salud en Educación Médica por la Facultad de Medicina de la UNAM. Línea de investigación: Desarrollo Profesional Continuo. Profesora de pregrado y posgrado. Directora de Departamento de Ciencias Clínicas. Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México.

Referencias

1. Juan Pablo Beca I, María Inés Gómez B, Francisca Browne L, Jorge Browne S. Los estudiantes de medicina como parte del equipo de salud. Rev Med Chil. 2011;139(4):462–6.

2. Riquelme Pérez A, Püschel Illanes K, Díaz Piga L, Rojas Donoso V, Perry Vives A, Sapag Muñoz J. Responsabilidad social en América Latina: camino hacia el desarrollo de un instrumento para escuelas de medicina. Investigación en Educación Médica. 2017;6(22):135.

3. Puschel K, Rojas P, Erazo A, Thompson B, Lopez J, Barros J. Social accountability of medical schools and academic primary care training in Latin America: principles but not practice. Family Practice. 2014;31(4):399-408.

4. Valdez, V., López, M., Jiménez, M., Díaz Elizondo, J.A., Dávila Rivas, J.A., Olivares, S. (2020). Me preparo para ayudar: respuesta de escuelas de medicina y ciencias de la salud ante COVID-19.  Inv Ed Med. Vol. 9, n.o 35, julio-septiembre 2020. Recuperado el 22 de abril de 2020 en:  http://doi.org/10.22201/facmed.20075057e.2020.35.20230

5. Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina. Comunicado importante Covid-19 [Internet]. Amfem.edu.mx. 2020 [citado 25 Marzo 2020]. Disponible en: http://www.amfem.edu.mx/index.php/acerca/comunicados

6. Whelan A, Prescott J, Young G, Catanese V. Guidance on Medical Students’ Clinical Participation: Effective Immediately [Internet]. Association of American Medical Colleges. 2020 [cited 25 March 2020]. Disponible en: http://www.aamc.org/system/files/2020-03/Guidance%20on%20Student%20Clinical%20Participation%203.17.20%20Final.pdf

7. Olivares Olivares SL, Jiménez Martínez MA, López Cabrera MV, Díaz Elizondo JA, Valdez-García J. Aprendizaje centrado en las perspectivas del paciente: el caso de las escuelas de medicina en México. Educación Médica. 2017;18(1):37-43.

8. Whelan A, Prescott J, Young G, Catanese VM, McKinney R. Interim Guidance on Medical Students’ Participation in Direct Patient Contact Activities: Principles and Guidelines [Internet]. Association of American Medical Colleges. 2020 [citado 22 Abril 2020]. Disponible en: http://www.aamc.org/system/files/2020-03/meded-March-30-Interim-Guidance-on-Medical-Students-Clinical-Participation_0.pdf

9. Krieger P, Goodnough A. Medical students, sidelined for now, find new ways to fight coronavirus. New York Times. March 23, 2020. Accessed April 5, 2020. http://www.nytimes.com/2020/03/23/health/medical-studentscoronavirus.html

10. Kaschel H. Coronavirus: In Germany, medical students step up to fight COVID-19 [Internet]. Deutsche Welle. 2020 [cited 2020 Apr 23]. Available from: http://www.dw.com/en/coronavirus-in-germany-medical-students-step-up-to-fight-covid-19/a-53019943

11. Sánchez-Mendiola M, Lifshitz-Guizemberg A, Esperón-Hernández R; Medicina basada en evidencias y análisis crítico de la literatura médica. En: Educación Médica: Teoría y Práctica. Edit. Elsevier, España, 2015. ISBN: 9788490227787.

12. Esperon-Hernandez R.I. Desarrollo de Competencias para la toma de decisiones médicas basadas en la evidencia en estudiantes de medicina de pregrado. Universidad de Granada, España, 2014. ISBN: 978-84-9028-991-4 Disponible en: http://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/32131/23539306.pdf?sequence=1&isAllowed=y

13. Esperón Hernández R.I; ¿Las Escuelas de Medicina se deben ocupar en las competencias emocionales de sus estudiantes? Rev Inv Ed Med, 2018; 7 (26): 10-12. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2007-50572018000200010&script=sci_arttext&tlng=en

14.  Long, Gonzalo et al. (2020) Contributions of Health Profession Students to Health System Needs During the COVID-19 Pandemic: Strategies/Process for Medical Schools. Under Review.

15. Carlson, S., Gonzalo, J., Hammoud, M., Havemann, C., Lomis, K. (2020). Deploying Students in alternative roles during COVID-19: Preserving clinical educational objectives and supporting competency development. AMA Innovations in Medical Education Webinar Series. Recuperado el 22 de abril de 2020 en: http://cc.readytalk.com/cc/playback/Playback.do

16. Task Force Database [Internet]. [cited 2020 Apr 22]. Available from: http://covidstudentresponse.org/resources/taskforce-database/

17. Murphy B. Online learning during COVID-19: Tips to help med students succeed. American Medical Association. 2020. p. 1–5 [internet]. Association of American Medical Colleges. 2020. Available from: www.ama-assn.org/residents-students/medical-school-life/online-learning-during-covid-19-tips-help-med-students

18. Gibbes Miller, D.; Pierson, L.; Doernberg, S. (2020). The Role of Medical Students During the COVID-19 Pandemic. Ann Intern Med. doi:10.7326/M20-1281

19. Gallagher, T. y Schleyer, A. (2020). “We Signed Up for This!” — Student and Trainee Responses to the Covid-19 Pandemic. NEJM April 8, 2020, DOI: 10.1056/NEJMp2005234

20. Hill, M., Goicochea, S., Merlo. M. (2018). In their own words: stressors facing medical students in the millennial generation. Medical Education Online, 23:1, DOI: 10.1080/10872981.2018.1530558. Recuperado el 22 de abril de 2020 en: http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10872981.2018.1530558

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