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“Médicos ya jubilados continúan experimentando el mismo sentido del deber y compromiso ético. Muchos de ellos, han decidido regresar a trabajar para combatir el COVID-19″.
En menos de 20 años hemos experimentado tres pandemias: el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), la influenza H1N1, y recientemente, el coronavirus COVID-19 (Lebrija, 2020). La globalización y la hiperconectividad han impulsado la movilización intercontinental de la población, productos, servicios y capital a una escala mundial. Sin embargo, esta interconectividad también ha permitido la circulación de enfermedades alrededor del mundo por aire, por mar, por tierra, a través de manos con poca higiene, murciélagos o mosquitos (Angier, 2001). Una enfermedad infecciosa como es el COVID-19 significa un cambio radical en la normalidad.
Hemos visto que los sistemas de salud en distintos países han colapsado al no tener los recursos suficientes ni el personal médico para atender a tantos enfermos críticos por COVID-19. En esta emergencia, todos están haciendo lo mejor que pueden con los recursos limitados disponibles. Esto ha desencadenado procesos de adaptación y reestructuración en los hospitales, capacitación de personal con nuevos protocolos, y medidas para captar más personal con las competencias requeridas para cuidar a los pacientes con esta enfermedad.
“A través de la labor invaluable de los profesionales de la salud obtenemos como sociedad un servicio único que poco depende de una relación laboral o retribución económica por su trabajo”.
Algunas de estas medidas han incluido la graduación temprana de estudiantes de medicina quienes egresan a una realidad trastocada. Muchos se convierten en voluntarios en el hospital, por su alto sentido del deber. Sin embargo, cuando los estudiantes se inscribieron al programa de medicina, no imaginaban que su carrera profesional daría inicio en medio de una pandemia (Abrams y Ducharme, 2020). Durante su formación los estudiantes participan en actividades clínicas de manera regular y practican procedimientos complicados en laboratorios de simulación, pero nunca para un escenario de esta magnitud. No obstante, en la medida que el coronavirus avanza y la cantidad de infectados en estado complicado aumenta, su rol en la fuerza médica es esencial (Goldberg, 2020).
Aprendizajes sobre la vocación profesional de los profesionales de la salud
Los profesionales de la salud, médicos, enfermeras, psicólogos, todos, pasan su carrera estudiando, actualizándose, para brindar la mejor atención a los pacientes y sus familias. Sin embargo, la pandemia los está haciendo entender que ya no hay certeza poniendo a prueba su identidad profesional a la vez que tratan de adaptarse emocional y psicológicamente al gran reto que trajo consigo la pandemia que ha causado más de 160,000 muertes (OMS, 2020).
La identidad profesional está integrada por la vocación, la actitud, el reconocimiento social y la integración en una comunidad de práctica (López, Olivares y Heredia, 2020). Particularmente para los profesionales de la salud, el proceso de construcción de su identidad se lleva a cabo de manera iterativa a través del contacto con pacientes, otros colegas y mentores. El estado de emergencia sanitaria causado por el COVID-19 plantea muchas preguntas sobre cómo esta identidad profesional emerge en el personal de salud en situaciones extremas como la que vivimos actualmente.
A continuación, les comparto los aprendizajes sobre la vocación profesional de los profesionales de la salud en la primera línea de atención de la pandemia por COVID-19:
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Los años de experiencia no determinan la identidad profesional. Aunque se ha creído que la identidad profesional depende del tiempo, ya que emerge después de años participando en un gremio, los recién egresados están demostrando la vocación de servicio y actitud que vela por el bienestar de los pacientes y la comunidad.
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Surge en un espacio compartido entre el individuo, su entorno profesional y sociocultural. Si bien la identidad profesional es personal, al consolidarse de elementos inherentes al individuo como la personalidad, elementos extraordinarios como una pandemia, forzaron un proceso reflexivo, que detonó la toma de decisiones y apropiación de un compromiso profesional.
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Perdura a pesar de haber terminado la actividad profesional. Un médico retirado de la actividad asistencial continúa experimentando el mismo sentido del deber y compromiso ético que declaró como parte del juramento hipocrático.
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Se conflictúa con la identidad como miembro de otro grupo social. Los profesionales de la salud han estado ante la disyuntiva de decidir qué intereses deben ser los que guían su toma de decisiones. Han enfrentado la interrogante de qué son primero: ¿son médicos? (identidad profesional), ¿son parte de una familia? (identidad personal), ¿son parte de una comunidad? (identidad social). De manera cotidiana, todas estas aristas de su identidad comparten espacios y tiempos. Sin embargo, la emergencia ha demandado con recelo su tiempo.
Después de la pandemia, las instituciones formadoras en salud deben integrar aprendizajes a su diseño curricular. La participación de los estudiantes en el equipo de salud debe incluir mayor autonomía con acompañamiento por parte de un profesional certificado para la atención. Los ciclos clínicos donde los estudiantes realizan actividad con el paciente no deben limitarse al manejo de casos cotidianos y deben considerar el apego a los distintos protocolos de seguridad y calidad de la atención. El proceso formativo debe incluir simulacros in situ de situaciones extremas a fin de que experimenten las emociones y tensiones que pueden surgir en emergencias como las desatadas por el nuevo coronavirus.
Cuidado y bienestar emocional de los profesionales de la salud
Aunque los profesionales médicos demuestran su identidad profesional mediante la vocación y actitud hacia su papel en la primera línea de atención, les preocupa llevar el coronavirus a sus seres queridos. Al final del día, todos pensamos en nuestra familia, en su bienestar, en darles lo mejor. Un reclamo de médicos y enfermeras que atienden a pacientes con COVID-19 es que el reconocimiento social, y económico, por su trabajo es escaso, o nulo (González, 2020). Ellos se enfrentan a la decisión de elegir entre sus intereses y los de la comunidad, lo que los ha convertido en parias aun en sus vecindarios. Algunos han recibido inclusive agresiones en la vía pública, en lugar de reconocer, aplaudir o respetar al personal médico, paramédicos, personal de limpieza y seguridad (ONU México / Aubin, 2020).
Sorprendentemente, la comunidad de práctica, aquella en la que se cuida y forma a los nuevos profesionales, mantiene un rol trascendental. Ya que han ofrecido líneas de atención y programas para velar por el bienestar de los profesionales de la salud del equipo de respuesta. Esta comunidad involucra incluso a aquellos ya en etapas de jubilación, quienes han demostrado altos niveles de compromiso. Estos médicos, ya jubilados, han tomado la decisión de volver a trabajar para combatir la enfermedad, una responsabilidad hacia su profesión, hacia su país, hacia su comunidad, hacia su familia (Einhorn, 2020).
Algunas instancias en otros países, como España e Italia, se enfrentan a una batalla dura, donde no existen suficientes profesionales para atender a los enfermos. Por lo que han hecho un llamado voluntario a incluir a estudiantes de medicina en la primera línea de respuesta. En México, el caso de involucrar a estudiantes de medicina aún está en debate debido a lo escaso de equipos de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés). Ante esta falta de barreras para la seguridad, los estudiantes pueden pasar de ser benefactores a una carga para los sistemas de salud. La Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMFEM) se ha pronunciado para velar por la salud de todo el personal en formación, y suspender temporalmente la participación en rotaciones clínicas y trabajo de servicio social (AMFEM, 2020). Anticipando que los estudiantes podrían volver a participar una vez que se conozca más del protocolo de atención, el nivel de contagios disminuya, y se cuente con el equipo suficiente para garantizar su seguridad.
Un elemento con creciente interés es el cuidado y bienestar de los profesionales de la salud. El aumento considerable del número de pacientes internados, la falta de camas de terapia intensiva y no tener una vacuna para proteger a pacientes en condiciones vulnerables, provoca un nivel de ansiedad que no tiene precedentes. Para los médicos y personal de enfermería que participan en la lucha, una curva que no se aplana, ha causado pesadillas al terminar sus turnos, sueñan estar rodeados de pacientes con tos (Weiss, 2020). Al ver a sus colegas poco a poco enfermando, se preguntan cuánto falta para lo inevitable, enfermarse ellos mismos (Associated Press, 2020).
A través de la labor invaluable de médicos, enfermeros, bomberos, oficiales de policía y soldados, como sociedad obtenemos un servicio único que poco depende de una relación laboral, o de la retribución económica de su trabajo. Esta depende de un llamado que decidieron atender, el cual sigue siendo complejo de comprender, lo que aumenta la importancia de estudiar su proceso de construcción de identidad profesional.
Acerca de la autora
La Dra. Mildred Vanessa López Cabrera (mildredlopez@tec.mx) es directora de Innovación e Investigación Educativa de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud. Tiene un doctorado en Innovación Educativa, Fellow del FAIMER Institute (Foundation for Advancement of International Medical Education and Research) y la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Referencias
Abrams, A. y Ducharme, J. (2020). Meet the Medical Students Becoming Doctors in the Middle of a Pandemic. TIME. Recuperado de: http://time.com/5820046/medical-students-covid-19/
AMFEM. (2020). Comunicado importante: ante el avance de la pandemia por COVID19. Recuperado de: http://www.amfem.edu.mx/
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Lebrija, M. (2020). Las pandemias más letales que han azotado a la humanidad en los últimos siglos. El Universal. Recuperado de: http://www.eluniversal.com.mx/ciencia-y-salud/coronavirus-las-pandemias-mas-letales-que-han-azotado-la-humanidadLópez Cabrera, M.V., Olivares Olivares, S.L., Heredia Escorza, Y. (2020). Professional Culture in Medical Schools: A Medical Educator Interpretation. Medical Science Educator. http://doi.org/10.1007/s40670-019-00896-x
ONU México, Aubin A. (2020). La ONU en México condena las agresiones contra los profesionales de la salud que lucha contra el coronavirus. OMS México. Recuperado de: http://news.un.org/es/story/2020/04/1473372
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Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 
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