Educación y contenidos digitales: ¿necesitamos un cambio de enfoque?

Para instruir a los jóvenes a interactuar con contenidos digitales la vigilancia y la restricción no funcionan; el diálogo y el pensamiento crítico sí.

Educación y contenidos digitales: ¿necesitamos un cambio de enfoque?
Una docencia integral necesita de una enseñanza sensible y una investigación rigurosa. Foto: Bigstock
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Maestro computación tecnologías

Es el pensamiento crítico y el diálogo lo que nos llevará a una educación más sensible del uso de tecnologías.

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La educación en la era digital hace uso constante de aplicaciones y contenidos de Internet como recursos didácticos. El currículo acondiciona a niños y jóvenes a familiarizarse con el uso de esta tecnología desde el primer día de clases, esto lleva a un cuestionamiento muy importante para la formación en el siglo XXI: ¿Qué hacen con su tiempo en línea cuando no están estudiando?

Hoy en día el Internet está totalmente integrado a nuestra vida diaria, aún más de lo que la televisión lo estuvo a la generación anterior. Con medios tradicionales, como la t.v. o la radio, es posible simplemente apagar el dispositivo y hacer otra cosa. Pero si el público general depende de la red y los contenidos digitales para tareas tan básicas como informarse, comunicarse con otras personas, encontrar la mejor ruta para llegar a su destino, y hasta educarse, la situación se complica.

Es fundamental entender la diferencia entre solo enseñar a usar la red como herramienta y formar individuos con conciencia crítica en la era digital.

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“Nuestro primer rol como padres y educadores es ayudar a desarrollar aprendices independientes y pensadores”

— Lisa Nielsen

Lisa Nielsen, experta en innovación educativa y autora del blog The Innovative Educator, presenta un punto clave, necesario para plantear un currículum eficiente en materia de uso de tecnologías.

Cualquier programa escolar que pretenda entrenar en el uso de tecnología y contenidos digitales, debe estar basado en la formación, no en la vigilancia. No se trata restringir el uso de la red mientras los estudiantes son jóvenes y esperar que sepan cómo navegarla sensiblemente cuando son adultos.

Desde las escuelas e instituciones educativas es posible hacer el trabajo para incentivar en los jóvenes un uso más seguro y provechoso de la red. Solo hay que hacer las preguntas que cuentan: ¿Para qué quieres usar esta herramienta? ¿Cómo te va a ayudar crecer como persona, o a realizar una tarea, o a mejorar tu comunidad?

Establecer un diálogo constante con los educandos, conocer cómo eligen pasar su tiempo en la red, los espacios que visitan, qué contenidos prefieren, en qué redes sociales tienen más presencia, cómo administran su privacidad y contenidos en estas redes, de dónde consiguen su información, si constatan sus fuentes, todas son acciones básicas para acompañar a los estudiantes en su travesía por la red y desarrollar programas  escolares que realmente les ayuden a integrarse correctamente a la vida digital.

Un metodología que forme individuos con una ética digital, pensamiento crítico y sensibilidad humana, hará mucho más por el futuro de la educación de lo que podría hacer un enfoque que aísle a los estudiantes de las plataformas tecnológicas que usan todos los días.

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0