Rompe el silencio: #TakeBackTheNight

Las instituciones de educación superior tenemos la responsabilidad de nombrar y reconocer la violencia sexual que viven las mujeres, pase fuera o dentro de las instalaciones, y de tomar acciones concretas para prevenirla y atenderla.

Rompe el silencio: #TakeBackTheNight
Marcha Take Back the Night, noviembre de 1991. Repositorio: Archivos de la Universidad de Duke. Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.
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Aviso importante: El contenido de este artículo contiene información sensible en relación con temas de violencia sexual. Si tú o alguien que conoces necesita apoyo por alguna situación así, escribe a escuchandote@tec.mx o escuchandote@tecmilenio.mx

Es muy probable que, si le preguntas a alguna mujer de tu vida, te diga que prefiere no andar sola de noche. Incluso, hay prácticas que realizan las mujeres para sentirse más seguras en el espacio público: compartir su ubicación, registrar los datos del conductor de los taxis por aplicación, viajar acompañada, no utilizar el transporte público, evitar usar cierta ropa o incluso pensar en usar calzado cómodo por si se presenta alguna situación. Esto tiene una razón: los casos de violencia sexual que viven las mujeres cotidianamente. Históricamente, ha habido una división entre el espacio privado y público y se creía que las mujeres no pertenecían a este último. De ahí que en la década de los 70 surjan movimientos como #TakeBackTheNight (“Recuperar la noche”), cuyo objetivo es nombrar las distintas manifestaciones de violencia sexual que viven las mujeres, y reivindicar su derecho a habitar el espacio público sintiéndose libres y seguras. Además, se busca visibilizar que estos espacios no están hechos para mujeres, indudablemente los construyeron y pensaron hombres, por lo que este movimiento también nos invita a repensar el urbanismo desde otra mirada.

De acuerdo con la última edición de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021), 5 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han vivido violencia sexual a lo largo de su vida; esta cifra incrementó significativamente entre la edición de 2016 y 2021. En el ámbito escolar, la violencia sexual también es una realidad: 17.9 % de mujeres mayores de 15 han vivido violencia sexual a lo largo de la vida de estudiante; esta cifra también incrementó entre las últimas dos ediciones de la encuesta. Es importante mencionar que frente a estas cifras también existe una realidad oculta, ya que, en 2021, de acuerdo con México Evalúa, la cifra negra de la violencia sexual alcanzó el 99.7 % de casos que no habían sido denunciados.

Aunado a esto, también es indispensable definir la violencia sexual. Muchas veces, asociamos este concepto a expresiones muy explícitas de violencia, lo asociamos a la fuerza, a la coerción y a los ejemplos más drásticos. No obstante, la violencia sexual es “cualquier hecho o conducta que degrade o dañe el cuerpo y/o la sexualidad de la persona agraviada o víctima y que, por tanto, atenta contra su libertad, dignidad e integridad física”; esta definición nos permite entender un repertorio más amplio de las conductas que se insertan en esta categoría.

Con el paso de los años, se ha visto cómo la violencia se ha matizado en muchos sentidos, es decir, si bien existen violencia explícitas, también podemos ver que ahora cada vez escuchamos más seguido frases como: “Ahora todo es violencia”, “uno ya no puede decir nada” y la peor para nosotras: “estás generaciones ya no aguantan nada”, demeritando ciertas violencias tales como: “piropos”, miradas lascivas, intimidación, “cumplidos” no pedidos sobre nuestros cuerpos o apariencia , entre otras, invisibilizando las consecuencias que estas conductas  pueden tener en las personas y sobre todo en las mujeres. De ahí que movimientos como #TakeBackTheNight insten por la relevancia de nombrar y señalar estas violencias, para que dejen de pasar desapercibidas y dejemos de normalizarlas.

Las instituciones de educación superior no están exentas de que al interior de sus instalaciones sucedan este tipo de comportamientos, y esto vulnera la seguridad de las estudiantes, generando espacios de silencio y miedo. Es por esto por lo que, como institución, tenemos la responsabilidad de nombrar y reconocer la violencia sexual pase fuera o dentro de las instalaciones, y de tomar acciones concretas para prevenirla y atenderla.

Actualmente, con el Protocolo de Actuación para la Prevención y Atención de la Violencia de Género, el Tec de Monterrey y Tecmilenio buscan atender los casos de violencia sexual que sucedan dentro de la comunidad universitaria. Asimismo, realizamos acciones de prevención y sensibilización a las poblaciones para prevenir y erradicar estas conductas de raíz; se pueden consultar en los Informes de transparencia que anualmente publica el Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana, y son de acceso abierto para su revisión. Finalmente, contamos con canales de contacto, mediante los cuales las personas pueden ser escuchadas y orientadas si están viviendo una situación de violencia sexual: escuchandote@tec.mx o escuchandote@tecmilenio.mx.

Aún hay mucho trabajo por hacer, pero sin duda, las universidades son espacios clave para transformar nuestras sociedades, cambiar narrativas y construir espacios seguros y libres de violencia. Todas las personas podemos sumarnos a esta causa, ya que la violencia de género afecta no sólo individualmente, sino que colectivamente rompe las dinámicas interpersonales y afecta el tejido social. Súmate a este movimiento: rompe el silencio.

Autoría

Oficina de Inclusión y Comunidad Segura Tecmilenio

Oficina de Género y Comunidad Segura Tec de Monterrey

Referencias:

https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/endireh/2021/doc/endireh2021_presentacion_ejecutiva.pdf

https://www.mexicoevalua.org/crece-la-cifra-negra-de-la-violencia-sexual-en-2021-el-99-7-de-los-casos-no-se-denunciaron/

https://tec.mx/sites/default/files/dignidad-humana/diseno2022/protocolo/Protocolo-Violencia-Genero-Tec-14022023.pdf

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0