¿Se está preparando a los estudiantes para un futuro exitoso? Padres, maestros y administradores escolares están en desacuerdo

Los administradores escolares, maestros y padres, principales encargados de la educación, muestran un desacuerdo en la efectividad de las evaluaciones para medir las habilidades blandas y el éxito de los estudiantes en un futuro.

¿Se está preparando a los estudiantes para un futuro exitoso? Padres, maestros y administradores escolares están en desacuerdo
Los administradores escolares, maestros y padres, principales encargados de la educación, muestran un desacuerdo en la efectividad de las evaluaciones para medir las habilidades blandas y el éxito de los estudiantes en un futuro. Foto: Bigstock
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Aunque existe un común acuerdo en la importancia de evaluar las habilidades académicas y las habilidades del siglo 21 o “soft skills”, los administradores escolares, maestros y padres, principales encargados de la educación, muestran un desacuerdo en la efectividad de su medición.

Un estudio de Gallup, cuyo fin es conocer si se está preparando bien a los alumnos y qué habilidades son las que deberían de dominar antes de entrar a universidad, habla de dicho problema.

El 83% de los maestros encuestados, el 82% padres y superintendentes y el 83% de los directores coinciden que es indispensable que los estudiantes aprendan temas académicos, así como habilidades como el pensamiento crítico, trabajo en equipo y creatividad; no todos concuerdan si estas habilidades son medidas efectivamente, y más aún, cuáles soft skills deberían enseñarse y dónde.

Para algunos docentes, la responsabilidad de enseñar las habilidades del siglo 21 recae en la familia, los padres no están de acuerdo. Tampoco hay un acuerdo sobre qué enseñar, algunos entrevistados se centraron en  alfabetización financiera personal, capacitación funcional en habilidades laborales y habilidades para hablar en público mientras que otros se decantaron por el desarrollo del carácter, como infundir una fuerte ética de trabajo, enseñar resiliencia a los cambios de vida, aprovechar la capacidad de tomar decisiones, entre otros.

El estudio detalla que al menos uno de cada 10 maestros opina que las “soft skills” se miden muy bien en su escuela, el resto asegura que las valoraciones formales o informales no sirven para nada o solo un poco. Sin embargo, los maestros evaluados fueron incapaces de ofrecer otro tipo de valoración.

Los directores y superintendentes declararon que no hay suficiente tiempo de determinar qué alumnos ocupan más ayuda en mejorar sus habilidades y apoyarlos. Aun así, el 84% de la sociedad americana está de acuerdo que es necesario medir las habilidades blandas, aunque sólo el 39% confía que las pruebas estandarizadas las miden correctamente.

¿Y estas evaluaciones son indicadores del éxito del futuro de los estudiantes? Depende del significado atribuido al éxito y cómo se mida: si se trata de ingresar a la universidad deseada, la preparación profesional, o la adquisición de otras habilidades específicas para la vida.

Uno de cada cinco padres de familia creen que las evaluaciones miden muy bien el éxito que sus hijos tendrán en la universidad, 16% creen que mide el triunfo que obtendrán en su carrera y sólo el 19% que calcula el triunfo en la vida personal.

Aún así, 94% de los padres están de acuerdo, o muy de acuerdo, en que sus hijos están aprendiendo las habilidades esenciales que los ayudarán a triunfar en un futuro.

Según el estudio, al momento de saber qué modelo de evaluación es más valioso para medir el aprendizaje de los alumnos, los maestros, administradores y directores favorecen los puntajes en los exámenes, mientras que los padres se basan en la boleta de calificaciones.

El 89% de los directores entrevistados se basa en las pruebas estatales para medir el aprendizaje de los alumnos. Respecto a estas pruebas, el 64% de los maestros y el 52% de los padres concuerdan con la importancia de esas evaluaciones.

Pero este desacuerdo en qué manera de evaluar es la correcta puede ser un reflejo de algo más grande, ya que el 46% de los padres y el 52% de los directores concuerdan que los maestros dedican muy poco tiempo a comunicar los resultados de las pruebas a los padres.

El estudio concluye con tres recomendaciones para solucionar la brecha entre las opiniones de los superintendentes, maestros y padres:

  1. acelerar el modelo de evaluación para medir lo que importa más para lograr el éxito de los estudiantes.

  2. Investigar más a fondo sobre la importancia del desarrollo y la evaluación de habilidades no académicas entre diferentes comunidades, escuelas y familias.

  3. Crear una mejor unidad entre los educadores. Los maestros y administradores escolares deben asegurarse que los padres reciban noticias constantes sobre el aprendizaje de sus hijos, incluyendo el avance de sus habilidades blandas. Los líderes educativos deben apoyar a los maestros en la forma de comunicar los datos de evaluación, su significado y sus implicaciones para el éxito de los estudiantes a los estudiantes, las familias y la comunidad.

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0