Historia e Historiografía, ¿cuál es la diferencia?

La historia y la historiografía no son lo mismo, ¿en qué se diferencian?

Historia e Historiografía, ¿cuál es la diferencia?
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La historia es el suceso, y la historiografía la forma de estudiarlo y darle sentido.

Definir el concepto de historia pudiera parecer algo simple si la vemos superficialmente. A diferencia de rubros del conocimiento más exactos, como las matemáticas, la historia es una ciencia social viva y flexible, y la perspectiva juega un papel crucial en la forma en cómo se define.

Si le preguntas a un niño de primaria, la historia puede ser o su materia favorita, o la que tiene todas esas fechas y datos que le cuesta aprender. Para un antropólogo, la historia podría ser un conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social. Un maestro podría ver  la historia como narración ordenada y detallada de estos acontecimientos y hechos, así como de aquellos que están relacionados con algún aspecto de la actividad humana. El diccionario Oxford ofrece todas estas definiciones para un solo campo de estudio porque al hablar de historia, el punto de vista es crucial para entender cómo y porqué se escribe en primera instancia.

Este registro escrito de quién o quiénes son testigos de sucesos que construyen una memoria colectiva, es la razón por la que la historia existe como la conocemos. Tenemos acceso a ella a través de fuentes tangibles y podemos enseñarla en las escuelas. Pero, ¿cómo se relaciona la historia con la historiografía? ¿Qué es y por qué no son exactamente lo mismo?

¿Cómo construimos una visión del pasado?

Para entender el concepto de historiografía, es necesario pasar por el proceso que hace posible tanto el suceso como el registro. Fernando Pacheco, profesor universitario  de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y especialista en Ciencias Sociales y Humanidades explica, muy claramente, la forma en que la historia existe, se estudia y se analiza.

Un acontecimiento es un discurso de primer orden, el registro de tal hecho histórico, es un discurso de segundo orden; hasta aquí abarca lo que conocemos como historia. La investigación y análisis de los registros históricos corresponde a un tercer orden, esto último es la historiografía.

¿De quién depende la historia?

No necesitas ser un profesional de la historia para participar en ella, en artículos anteriores hemos hablado sobre cómo las fuentes históricas han evolucionado de acuerdo a factores como los recursos para generar textos y quién tenía acceso a ellos. Hoy en día, cualquier persona con acceso a internet puede generar un registro histórico a través de una red social, un blog o cualquier espacio público virtual.

Pero, ¿quién evalúa que determinado contenido esté generando o relatando un momento histórico? ¿Quién se encarga de elaborar una visión completa con las perspectivas pertinentes acerca de tal evento? Este trabajo lo hacen los historiadores.

Los historiadores se dedican a la investigación, análisis e interpretación de los textos y registros históricos. Usualmente se especializan en alguna corriente historiográfica determinada y se enfocan en un periodo histórico específico o en algún aspecto que distingue a tal periodo.

El trabajo de historiador consiste en averiguar y procurar todas las fuentes posibles acerca del periodo o aspecto que estudia, y armar, con la información obtenida y su interpretación, un relato cohesivo a través del cual podemos entender eventos pasados. Este es el proceso detrás de los libros de historia que leemos o los currículums de la materia que armamos en las escuelas.

El historiador se distingue por su persistir investigativo, su pasión por la lectura, su  capacidad de procesar grandes volúmenes de información y un sentido crítico para ordenar, y priorizar datos al momento de hilvanar un recuento histórico. El mayor compromiso de un profesional de la historia no es con la objetividad, es imposible serlo 100% cuando tu objeto de estudio son las experiencias pasadas de la gente, pero sí es fundamental la veracidad, la flexibilidad para encontrar la interpretación más óptima y la empatía para encontrar un equilibrio entre los dos aspectos anteriores.

En esta línea de trabajo, también es importante considerar que la historia no solamente es el objeto de estudio, es el camino al aprendizaje y a un entendimiento más profundo no de un conjunto de eventos, sino de cómo estos han formado el mundo que conocemos ahora.

¿Has dirigido o participado en una clase de historiografía? ¿En qué aspectos difiere de una clase de historia? ¿Crees que es importante que desde los niveles básicos se entienda esta diferencia? Cuéntanos en los comentarios.


Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0