¿Qué es el m-learning? ¿Es una opción viable para la educación del siglo XXI?

El m-learning es un recurso útil para aprender sobre demanda y en los términos del educando, si este está comprometido.

¿Qué es el m-learning? ¿Es una opción viable para la educación del siglo XXI?
Un enfoque que aprovecha la tecnología móvil para aprender, viene a poner nuevos retos en materia de educación Foto: Bigstock
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El mobile learning en inglés, aprendizaje electrónico móvil o m-learning, es la estrategia educativa que aprovecha los contenidos de Internet a través de dispositivos electrónicos móviles, como tabletas o teléfonos.

El proceso educativo en el m-learning se da a través aplicaciones móviles, interacciones sociales, juegos y hubs educacionales que les permiten a los estudiantes acceder a los materiales asignados desde cualquier lugar y a cualquier hora.

Este método tiene el propósito de facilitar la construcción del conocimiento y desarrollar en los estudiantes la habilidad para resolver problemas en una plataforma flexible que promueve el auto-aprendizaje.

La llegada de esta tendencia puede crear un panorama confuso para aquellos que han conocido estrategias similares, pero hay méritos para catalogar al m-learning en una categoría diferente del e-learning, por ejemplo, y para explicar su diferencia con el mLearning.

Distinguiendo al nuevo jugador: m-learning, e-learning, mLearning

El m-learning tiene un método y particularidades bien definidos, pero es común que se le considere sinónimo del e-learning, o que se le confunda con el mLearning, similar de nombre pero diferente de fondo. ¿En qué consisten cada uno de ellos?

El e-learning consiste en utilizar tecnologías electrónicas para acceder a un currículum educativo digital fuera del salón de clases. Su propósito es expandir la oferta educativa, de forma que los estudiantes puedan tomar un curso, un programa o hasta un grado completo en línea.

Hay muchos aspectos en los que el m-Learning se diferencia del e-learning, pero los principales son: contenidos, tiempo y dispositivos.

Los contenidos del m-learning suelen incentivar el aprendizaje no formal para obtener habilidades, como inteligencia emocional o resolución de problemas, mientras que el e-learning se estructura a base de contenidos extensos y formales como cursos, diplomados o carreras completas.

Normalmente cubrir contenidos de m-learning es una tarea breve y simple, mientras que el tiempo invertido para llevar a término un producto de e-learning es mayor. Otro diferenciador clave son los dispositivos que se usan para cada enfoque. Los materiales e-learning están diseñados para verse en computadoras, mientras que los de m-learning se ven mejor en tabletas o smartphones.

El otro método que puede provocar confusión con el m-learning, es su homónimo mLearning o microaprendizaje. El microaprendizaje se refiere a una distribución del material educativo que divide temas o actividades en pequeños sectores.

El término es muy usado en la literatura del e-learning debido a su práctica de buscar la flexibilidad en el aprendizaje; es común dentro del enfoque de la educación a distancia simplificar los programas y hacer más breves su secciones, de forma que los estudiantes puedan cubrir estas secciones cuándo, cómo y donde quieran.

Estos tres enfoques educativos trabajan muy cerca uno del otro, pero es importante diferenciarlos, saber cuándo aplicarlos y conocer sus ventajas y desventajas. El m-learning puede ser una herramienta poderosa para alcanzar a los estudiantes en cualquier momento y ayudarlos a aprender con menos rigor que un programa de e-learning, sin embargo, los mismos elementos que lo hacen una estrategia flexible, también generan áreas de oportunidad.

Ventajas y desventajas del m-learning

Como toda estrategia de aprendizaje, el m-learning no es perfecto, pero tiene aspectos positivos que pueden enriquecer la experiencia de los estudiantes que buscan flexibilidad para su educación continua no formal.

Este enfoque aporta un alto nivel de accesibilidad, permitiendo a los estudiantes interactuar en la hora y lugar que más les convenga, de la misma forma que habilita el aprendizaje al paso que marquen ellos mismos y a su manera.

Todo lo anterior hace del m-learning una estrategia adaptable a diferentes estilos y con gran potencial de mantener altos niveles de compromiso en los educandos, el rango de contenidos que se pueden incluir en este esquema son varios, pueden usarse textos, imágenes, videos, podcasts, quizzes, juegos y más.

Con la diversidad de contenidos y flexibilidad que ofrece el m-learning, se puede generar motivación en los estudiantes, mientras no estén distraídos, cuestión que representa una de las desventajas más grandes del m-learning.

La gran cantidad de estímulos que provienen de las tabletas y los smartphones, como las notificaciones de mensajes o las redes sociales, vuelven difícil concentrarse aún por un tiempo breve y realizar las actividades.

Tampoco ayuda el tamaño de las pantallas, significativamente más pequeñas que las de una computadora, lo que potencialmente dificulta la lectura. A su vez son preocupantes las limitaciones tecnológicas que aún aquejan este rubro, como los problemas de compatibilidad con algunas aplicaciones o los altos niveles de batería que gastan varios contenidos de m-learning.

Como se mencionó anteriormente, el m-learning no es el recurso educativo perfecto pero es un buen auxiliar y el punto de entrada para nuevas tecnologías que podrían mejorar exponencialmente la educación en un futuro próximo. Compártenos tus experiencias utilizando alguno de estos enfoques.

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0