Opinión: Profesores inspiradores ante la emergencia sanitaria

Hoy la sociedad funge como dos grandes instituciones complementarias: un centro de salud y un centro educativo.

Opinión: Profesores inspiradores ante la emergencia sanitaria
Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell Ramírez.
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El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell Ramírez, se ha convertido en una de las principales figuras públicas del país. Sobre todo se ha colocado ante la población como un verdadero líder (un “profesor inspirador”, como le llamamos en el Tec de Monterrey a este tipo de maestros), viniendo a llenar un vacío de información confiable que empezaba a resultar urgente.

Usar la metáfora de “profesor inspirador” no es arbitraria. De hecho, la analogía sociedad/escuela es susceptible de extenderse y, ante la crisis del coronavirus, el día de hoy podemos imaginar a la sociedad entera como dos instituciones complementarias: un gran centro de salud y otro gran centro educativo (cada uno con sus fuentes de abasto de todo tipo de recursos). El primero, sabemos por qué. La imagen del país como lugar de aprendizaje, en cambio, es novedosa. Podemos entenderla si describimos las dimensiones de lo que puede ser una verdadera institución como ésta: espacio de efervescencia del conocimiento y la acción, donde todos interactúan, indagan, aprenden, enseñan, disienten, aprueban y se preparan para ejecutar acciones, todo bajo la dirección general de un líder conocedor e inspirador, y la coordinación de maestros que, cada uno según su propio estilo, conducen a pequeños conjuntos de educandos.

De hecho, si ―como dijimos arriba― concebimos ambas instituciones como complementarias (salud/educación), la imagen que mejor dibuja lo que estamos viviendo es la de una escuela de salud pública, cuyos alumnos ―después de una fase de aprendizaje teórico― realizan la parte esencial de su formación en la práctica comunitaria; en este caso, esa práctica consiste primero en ejecutar acciones de autocuidado como una forma de evitar la propagación del virus en el entorno. Más adelante hablaré de las cinco medidas que la Organización Mundial de la Salud está promoviendo (podemos considerar a la OMS como el Director General de la gran escuela en que ahora se ha convertido el mundo); en este momento me concentraré en el caso de México, y en el que he dicho que se ha constituido en profesor inspirador de buena parte de la población.

Como digo, Gatell reúne las características necesarias de un maestro de este tipo, digno de admiración y seguimiento. Primero: es oportuno, llega en el momento adecuado. Un líder responde a una necesidad. En la escuela, el profesor inspirador es aquel que puede poner toda su atención en lo que el discípulo requiere (por lo general, lo requiere de manera inconsciente: el discípulo suele ser quien menos sabe lo que necesita; como dice Philippe Meirieu en su libro En la escuela hoy, ésta es parte de su condición de discípulo; sin embargo, cuando le ofrecen lo que está buscando, lo identifica de inmediato, y muestra un gran repudio si le quieren dar gato por liebre).

Creo que, ante la emergencia sanitaria del coronavirus, los mexicanos necesitamos ―de hecho, estamos urgidos― de un líder de este tipo, que nos hable de forma convincente y coherente. Gatell lo hace. Sin duda, el aparato gubernamental y los líderes que lo respaldan favorecen el que la información que transmite sea confiable (el Dr. Julio Frenk, exsecretario de Salud de México y hoy rector de la Universidad de Miami, ha hablado en días pasados de él como una persona con una destacada trayectoria y una formación muy sólida). Pero sobre todo el mismo Gatell se muestra como alguien consecuente con la preocupación que dice tener por los demás: escucha, demuestra que entiende, responde: dialoga con su “alumnado”, por así decirlo. Da la cabal impresión de ser alguien responsable y con conocimiento, que nos cuida y respeta. Resulta ejemplar. Ejemplar en momentos en que hasta la manera de lavarse las manos necesita un ejemplo.

Todos estos rasgos de su personalidad han resultado del encanto de muchas mexicanas y mexicanos, que empiezan a confiar en él y a hacer viral su imagen en las redes sociales, con esa especie de enamoramiento que suele surgir hacia el verdadero maestro; como todos sabemos, si ese sentimiento no se extralimita puede resultar provechoso, sobre todo en horas como éstas en que no se debe cuestionar las lecciones sino aprenderlas de memoria y ejecutarlas en la prueba diaria.

No hay mucho que añadir aquí, salvo que parte del efecto que el subsecretario Gatell ha producido en la población tiene que ver con cualidades que favorecen, y no poco, la comunicación de un líder. Gatell tiene una presencia que refleja honestidad, en su intención y en su saber. Es de los maestros que sientes que te responderán “no sé” cuando ignoren algo. Su voz es cálida y firme, y en su discurso no se anda por las ramas, y sabe insistir con rigor cuando lo cree necesario.

¿Cuáles son sus principales mensajes? Dije arriba que los mencionaría, y aquí están: son cinco, los que la OMS da a conocer ya en una campaña en la que aparecen algunos grandes futbolistas del mundo:1) Lavado de manos, 2) Estornudar o toser a la altura del codo, 3) Evitar tocarse la cara, 4) Mantener la distancia física adecuada, y 5) Quedarse en casa, y quienes no se sientan bien, desde ahí busquen orientación médica.

No cabe duda de que, igual que niños urgidos de enseñanza, recibimos con optimismo y entusiasmo la llegada de alguien que nos inspire a los mexicanos con su conocimiento y su presencia.


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