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Desde octubre del 2018 un conjunto de escuelas públicas norteamericanas imparte cursos de Inteligencia Artificial (IA) a nivel secundaria en las áreas de ética, robótica, ciencias computacionales y música. A su vez, en la India se plantea introducir el estudio de IA en el currículo de más de 20 mil escuelas. En ambos casos el objetivo es el mismo: preparar a los alumnos en edades tempranas para afrontar los retos que impone la evolución tecnológica.
El distrito escolar Montour, localizado en el estado norteamericano de Pensilvania, brinda educación pública a casi tres mil estudiantes. En él, investigadores del MIT junto a autoridades educativas lanzaron cursos de IA en escuelas secundarias. Escogieron este nivel educativo ya que evaluaron que en promedio los niños reciben su primer smartphone a los 10 años y a los 12 abren su primer perfil en redes sociales.
El reporte publicado por Getting Smart, señala que durante estos cursos los alumnos aprenden una serie de temas referentes a la ética del uso y desarrollo de aplicaciones de IA. Por ejemplo, los sesgos algorítmicos que discriminan a individuos por género y raza o el llamado “Dilema del tranvía”, problema de decisión moral que se presenta en el uso de vehículos autónomos, en el cual pueden ocurrir situaciones donde la IA deba tomar decisiones humanas en relación a elegir el mal de menor impacto.
Por otro lado, estas escuelas imparten asignaturas electivas de robótica, ciencias computacionales o música. En esta última, los alumnos aprenden a crear temas musicales con la ayuda de sistemas de inteligencia artificial.
En estos programas el rol docente es determinante y por ello también se les brinda capacitación en estas tecnologías; se les prepara en el manejo de distintas plataformas de inteligencia artificial y el uso de asistentes inteligentes.
Esta iniciativa no es un esfuerzo aislado. En la India, la Junta Central de Educación Secundaria (CBSE, por sus siglas en inglés) planea introducir materias de Inteligencia Artificial en el currículo de más de 20 mil escuelas de nivel secundaria con el fin de que los estudiantes se familiaricen con esta tecnología y sigan mejorando sus aptitudes y conocimientos técnicos.
Parece que mientras más alejamos la tecnología de los niños y jóvenes más los desarmamos ante los retos futuros. En lugar de prohibir los teléfonos inteligentes en los salones de clase, restringir el uso de videojuegos o asumir que la automatización sucederá en un futuro lejano, las autoridades académicas deberán modernizar la experiencia educativa con asignaturas adecuadas a las transformaciones tecnológicas y brindar capacitación docente constante.
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Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 
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