¿Por qué las familias están retirando a sus hijos de la escuela online?

Muchos niños y niñas ya no van a clases en línea durante la cuarentena. Pero esto no es algo necesariamente negativo.

¿Por qué las familias están retirando a sus hijos de la escuela online?
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Para asegurar un aprendizaje efectivo, primero deben reunirse los criterios de salud mental y emocional de los niños.

La actual crisis de salud ha obligado al sistema educativo a apoyarse enteramente en la tecnología para la enseñanza remota de emergencia. Los recursos de tecnología educativa (EdTech),  han tenido un enorme crecimiento en los últimos meses debido a la necesidad de soluciones rápidas para asegurar la continuidad de la educación durante los tiempos de contingencia.

Este uso estratégico de recursos tecnológicos ha permitido establecer plataformas de educación en línea en todos los niveles. Escuelas y universidades alrededor del mundo ofrecen clases en línea de español, matemáticas, historia, química, filosofía, artes y educación física, entre otras.

Aún con las áreas de oportunidad que la educación en línea presenta, el esfuerzo conjunto para mantener abiertas las escuelas, en modo virtual, ha permitido a millones de estudiantes alrededor del mundo continuar su aprendizaje. Sin embargo, una cantidad importante de familias está retirando a sus hijos de las escuelas online a medida que la cuarentena se alarga. ¿A qué se debe esto?

La salud emocional infantil en la cuarentena

El peso psicológico de vivir una agenda de aislamiento tan estricta a largo plazo, no solamente afecta a los adultos, los niños son especialmente vulnerables en una situación de cuarentena como la que vivimos ahora. En casa, las familias con opción a trabajar a distancia, deben equilibrar sus obligaciones laborales con el trabajo que es necesario hacer en casa, y ayudar a sus hijos con las asignaciones escolares. Lo anterior ha probado ser una carga muy pesada para las familias con menores de edad en nivel de educación básica.

Sarah Parcak, madre de un niño de siete años, se volvió viral al publicar en Twitter la razón por la que retiraría a su hijo de la escuela en línea:

“Acabamos de escribir un correo serio. Le dije a la (encantadora, noble y dedicada) maestra de nuestro hijo que él no participará más en su “salón virtual”, y que el primer grado estaba terminado para él. No podemos con esta locura. Asegurar su salud emocional y su bienestar es lo primero”.

La también arqueóloga, agregó que la familia sigue realizando actividades para cultivar la inteligencia académica, emocional y motora de su hijo, pero a un ritmo que las familias puedan seguir sin sobrecargar a un niño ya de por sí abrumado por la situación extraordinaria de aislamiento mandatorio.

El breve pero contundente mensaje que recibió más de 36 mil likes y 3 mil quinientos retweets, la mayoría de las familias identificadas con la experiencia de Parcak ha sido sin duda catártico para muchos, pero genera preguntas importantes sobre el futuro académico de las niñas cuyas familias los retiren de la escuela en línea.

¿Qué pasa con el avance académico de los niños?

Para las familias que toman la decisión de retirar a sus hijos de la escuela debido a la cuarentena, la mayor inquietud es que los niños puedan retrasarse en comparación con otros. Jon E. Pedersen, decano de la Escuela de Educación de la Universidad de Carolina del Sur, explicó que el retraso comparativo no sería mucho, dado que son muchos los niños que están en la misma situación, ya sea que sus padres los hayan retirado de la escuela en línea o que tengan problemas para adaptarse a este modelo. “[…] no van a estar solos, la mayoría de las escuelas en el año siguiente tendrán que lidiar con lo que se perdió durante la crisis. Los aspectos académicos se pueden recuperar. Podemos superar esto”, comentó el decano.

De la misma forma, maestros, personal educativo y expertos en educación se preparan para una contingencia educacional, cuando termine la crisis de salud y sea tiempo de volver a llenar las aulas. Ya se están discutiendo opciones y estrategias para que los alumnos puedan compensar el tiempo perdido sin tener que repetir año. De momento, la prioridad debe ser asegurar primero el bienestar emocional de toda la familia, es así como se establece un espacio seguro para el aprendizaje en todos los niveles.

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0