¿Por qué hemos dejado de leer?

Existen muchas razones por las cuales dejamos de leer, sin embargo, el uso constante de la tecnología en nuestra vida diaria ha afectado nuestra capacidad de atención. Te invitamos a saber por qué y cómo regresar al hábito de la lectura.

¿Por qué hemos dejado de leer?
Imagen: freepik.es
Una lectura de 5 minutos

Solía ser una persona que se consideraba lectora. Desde la primaria hasta terminar mi carrera profesional, para mí siempre fue normal acudir a la biblioteca y rentar un libro para leer en mi tiempo libre, ahí mismo leía la parte de atrás y si me interesaba lo llevaba conmigo. Sin importar reseñas negativas en internet o si a la mitad del libro lo encontraba aburrido, no dejaba de leer hasta que lo terminara.

Pero en los últimos años mi hobby por la lectura ha ido en declive, no leo las cantidades de novelas que leía anteriormente. Mientras que fui adquiriendo nuevas responsabilidades y pasatiempos, es entendible; pero ha sido algo que internamente me ha causado mucho ruido. Esto lo he externado a familiares, amigos y compañeros de trabajo, solo para darme cuenta que a la mayoría de ellos les pasaba lo mismo. Muchos estamos en el mismo dilema, y es aquí donde me pregunté: ¿por qué hemos dejado de leer?

La lectura en México

A pesar de que la gama de materiales de lectura se ha ampliado hacia lo digital, la lectura en México se ha reducido. Según datos del Inegi, en el 2023 el 68.5 % de los mexicanos mayores de 18 se consideran lectores, leyendo un promedio de 3.4 libros en el último año. Otro aspecto que llama la atención es que del porcentaje de lectores, tan solo 27.1 % logra comprender todo lo que lee.

La lectura y su comprensión en los mexicanos ha declinado en los últimos años.

Este último dato sobre la comprensión lectora es curioso, no solo es que no se lee, sino que no se está comprendiendo el contenido. Y dejando de lado la infinidad de razones por las que las y los mexicanos no leen (falta de estímulos para leer durante la infancia, falta de recursos económicos y tiempo, desinterés, entre muchos otros), hay una en específico que puede ser el caso para muchos de nosotros que ya no leemos con la regularidad de antes: el impacto de los dispositivos tecnológicos en nuestra capacidad de atención.

¿Culpamos a la tecnología?

Todos tenemos la elección de qué tanto utilizar nuestros dispositivos tecnológicos y podemos implementar medidas como temporizadores que cierran aplicaciones después de cierto tiempo o evitar revisar el celular frecuentemente. Nuestros dispositivos solo nos notifican, somos nosotros los que nos distraemos con dichos mensajes. Un estudio realizado por Maxi Heitmayer encontró que el 89 % de las interacciones con smartphones las inicia el usuario, mientras que el 11 % son interacciones impulsadas por notificaciones.

«La manía de nuestras vidas en línea revela lo siguiente: continuamos deslizando a través de nuestros celulares porque nunca estamos completamente satisfechos», comenta Andrew Sullivan en su artículo, el cual reflexiona sobre cómo la tecnología ha transformado nuestras vidas. Son tantos los mecanismos que se han inventado para tenernos enganchados como el infinite scroll o los algoritmos que están tan apegados a nuestros gustos, que no es sencillo dejar de ver nuestras pantallas. Según Electronics Hub, el promedio mundial de la cantidad de tiempo que una persona ve la pantalla de su celular al día es de seis horas con 37 minutos.

Además, la información que recibimos son artículos cortos o videos de máximo un minuto, que poco a poco se van apilando; ocasionando que perdamos la noción del tiempo y pensando que te darás un descanso de cinco minutos, cuando en realidad pasó media hora sin darte cuenta. Este tiempo se podría utilizar leyendo un libro o haciendo otra actividad.

Las interrupciones en las tecnologías nunca paran y no tienen horario, por lo que nuestro cerebro, el cual se está acostumbrando a la era digital, hace que nuestra atención se divida en intervalos mucho más cortos y evita que nos concentremos profundamente. No ayuda el hecho de que el multitasking es la normalidad hoy en día, y la lectura es una actividad que requiere nuestra total atención si se quiere tener una buena comprensión lectora.

Asimismo, no es sorpresa que con la saturación de información nuestra capacidad de atención se reduzca cada vez más. En su libro, Gloria Mark afirma que en el 2023, la capacidad de atención de las personas es de 75 segundos, donde las personas pueden poner su total atención en una pantalla por 47 segundos. Adicionalmente, al distraerse del trabajo activo, puede tomar hasta 25 minutos volver a concentrarse en lo que estaban trabajando originalmente.

Nuestra paciencia también se ha visto afectada, sobre todo en las nuevas generaciones. Por ejemplo, anteriormente para realizar un reporte escolar se debía acudir a la biblioteca, encontrar el libro del tema de tu interés, y leer hasta capítulos completos para obtener la información deseada. Ahora la información que buscamos está a nuestro alcance en cuestión de segundos y si no la encontramos en la primera página de Google, nos desesperamos. En consecuencia, es difícil leer libros si no te atrapan desde las primeras páginas, lo cual puede ser desmotivador para continuar leyendo y lo más fácil es cambiar de actividad. Los algoritmos en redes sociales son tan apegados a nuestras preferencias que engancharse es sumamente sencillo, en especial cuando consumimos pequeñas dosis de información que nos mantienen entretenidos y donde cambiar de tema es fácil cuando puedes deslizar hacia abajo.

La manera en la que leemos también ha cambiado, pero es más notorio cuando leemos de manera digital. Mientras que el scanning (escaneo) es una estrategia que ayuda a encontrar información rápidamente, esta impide la comprensión total de un texto; y es esta técnica la que se ha permeado en la manera en que se consume la información de forma digital. En este mundo sobresaturado de información, se quiere llegar al grano de lo que sea que consumamos, no tenemos tiempo de leer párrafos ornamentados o introducciones.

Otro factor que resalta, es que hoy en día el consumo de series de televisión y películas es más popular y hay muchísimas plataformas de streaming; para las personas es más cómodo gastar en un mes de suscripción de una plataforma con un catálogo infinito, a pagar un solo libro que es posible que no sea de su agrado y que rara vez vuelven a leer.

Algunos consejos para regresar al hábito de la lectura

Nuestro cerebro se ha adaptado al uso constante de la tecnología, por lo que nuestra atención está dividida y es más corta. Para leer, se requiere de un pensamiento profundo y concentración continua para absorber toda la información de manera consciente. Te propongo algunos consejos que te ayudarán a regresar al hábito de la lectura:

  • Lee cuentos cortos: Comenzar un libro largo puede ser abrumador. Hay cuentos que puedes terminarlos en una sola sesión, y estos pueden incentivar tu apetito por leer algo más extenso.
  • Aparta en tu agenda un espacio para la lectura: Puedes iniciar leyendo 15 minutos diarios e ir aumentando la cantidad de tiempo para acostumbrarte a leer de nuevo. 
  • Empieza un diario de lectura: En un cuaderno, por cada sesión de lectura puedes apuntar lo que más te gustó, lo que comprendiste del texto o lo que quieras con respecto a tu libro. Esta también es una manera de entrenar la atención continua y confirmar tu comprensión lectora.
  • Comenta con seres queridos: Hacer actividades en conjunto puede ser un gran estímulo para motivarse mutuamente. Puedes hacer un círculo de lectura con seres queridos para hablar y reflexionar sobre un libro que todos quieran leer.

La lectura tiene muchos beneficios para nuestra mente y ayuda a expandir nuestro conocimiento e imaginación. La tecnología no es nuestro enemigo, incluso puede ser una excelente herramienta para comentar un texto o encontrar recomendaciones de libros; solo debemos ser conscientes de su uso responsable para el manejo del tiempo. Definitivamente al realizar este artículo soy más consciente del tiempo que utilizo mi celular, y que debo hacer un esfuerzo para hacer un espacio para la lectura; una actividad que era mi día a día durante mis años en la escuela y que quiero retomar e incorporar nuevamente a mi vida. Así que si tienes la misma inconformidad que yo, espero esta nota te ayude a regresar al hábito de la lectura. Y sobre todo, ¡agradezco tu atención por llegar hasta el final!

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0