Opinión: Más allá de los resultados, más allá de las competencias, ¡herramientas para la vida!

Encerrados en nuestro día a día, no hemos tenido tiempo de pararnos, levantar la cabeza y mirar más allá. Pero esto podemos cambiarlo.

Opinión: Más allá de los resultados, más allá de las competencias, ¡herramientas para la vida!
Encerrados en nuestro día a día, no hemos tenido tiempo de pararnos, levantar la cabeza y mirar más allá. Pero esto podemos cambiarlo.
Una lectura de 3 minutos

Todos los que somos educadores estamos encerrados en casa, y nuestros alumnos en las suyas. La escuela y la universidad están cerradas. La pandemia del coronavirus nos ha sorprendido profundamente y ha puesto de manifiesto que el cambio de época que comentábamos los últimos años es ya una realidad incuestionable. Hasta ahora, encerrados en nuestro día a día, no hemos tenido tiempo de pararnos, levantar la cabeza y mirar más allá. Pero esto podemos cambiarlo.

Está claro que ahora, estos primeros días de confinamiento, hay que hacer lo posible para trasladar al trabajo online lo que podamos de nuestra actividad educativa presencial a fin de garantizar al máximo una continuidad de trabajo, lectura, reflexión y aprendizaje que nos permita no perder el curso. Pero, ¿y después? ¿Podríamos aprovechar este paro que nos ha de garantizar algo más de tiempo para pensar, reflexionar sobre lo que hemos hecho hasta ahora y lo que habría que hacer de otra forma en el ámbito educativo cuando volvamos a la normalidad docente? Vayamos por partes y, sobre todo, no volvamos a caer en los mismos errores o inercias.

Con los alumnos en casa afectados por una situación extraña e inimaginable y sin haber hecho una transición planificada, se pone de manifiesto más que nunca la necesidad de darles herramientas para poder vivir plenamente en un mundo en permanente cambio. No podemos limitarnos a transmitirles conocimientos competenciales y añadir, cuando tengamos tiempo, algunas actividades novedosas. A partir de ahora se tratará de priorizar y dar la vuelta al proceso de enseñanza y aprendizaje para hacer que el conocimiento de uno mismo, la fortaleza interior y el equilibrio mental, las preguntas y las experiencias vitales, la creatividad, la cooperación y el trabajo en equipo, con los cambios que todo esto comporta individual y colectivamente, sean el nuevo eje de nuestro proyecto de transformación educativa. Y siempre, más allá de los resultados y de las competencias: ¡Debemos prepararles para la vida, debemos hacerles vivir la vida con sentido! No podemos seguir yendo a remolque de un mundo que cambia muy rápidamente y que no nos avisa.

El hecho de hallarnos en pleno 2020 puede ayudarnos a tener algo más de perspectiva. ¿Dónde estábamos en el 2010, hace ni más ni menos que 10 años? ¿Dónde estábamos respecto a los planteamientos y a las actividades en nuestro centro educativo? ¿Cómo hemos avanzado hasta aquí? Seguramente, en estos últimos diez años hemos hablado y hemos hecho mucha innovación, hemos aprendido, nos hemos flexibilizado, nos hemos equivocado… Y, probablemente, nos hemos estresado mucho también, pero no hemos podido avanzar hacia un cambio profundo.

Pero miremos algo más lejos: ¿Dónde querremos estar en el 2030, es decir, dentro de diez años? ¿Cuántas crisis como esta viviremos en esta época? ¿Cómo habrá avanzado la inteligencia artificial y cómo podremos incorporarla a favor de nuestro proyecto educativo? ¿Dónde nos habrá conducido el calentamiento del planeta y cómo estaremos educando experiencialmente de otra forma? ¿Cómo habremos superado el pensamiento simple basado en la transmisión de disciplinas separadas entre ellas y habremos avanzado decididamente hacia el pensamiento crítico y complejo basado en la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad? ¿Cómo habremos cambiado la cultura interna de nuestra institución? Es preciso que seamos disruptivos, que avancemos con más ambición y sueños. Hace falta que pasemos de la innovación a la transformación sin dejarse la piel. Y para ello necesitamos nuevas reflexiones, nuevas estrategias y metodologías del proceso de cambio. Si seguimos haciendo los mismo que hasta ahora, no va a cambiar nada.

No disponemos de demasiado tiempo para hacerlo. Debemos cambiar de fase. No volvamos a caer en el activismo, aunque sea virtual. Reservemos tiempo para lo más importante, sobre todo, los directivos. Por nuestra parte, contamos con la experiencia de haber realizado cambios profundos y aportamos una metodología del proceso de transformación. Estamos acompañando escuelas y universidades en muchos países distintos. ¡Hablemos de ello!

#EsHoraDeTransformar

A partir de la próxima semana, el equipo de Reimagine Education Lab ofrecerá a través de videoconferencia, acompañamiento a todos aquellos educadores que deseen profundizar en el proceso de transformación (cómo pasar de los QUÉ a los CÓMO) ya sea de manera individual o institucionalmente. Para más información, escribir a: hola@riedulab.net

———

Este post fue originalmente publicado en el blog de Xavier Aragay

Xavier Aragay es experto y Consultor internacional de transformación en las instituciones y liderazgo para el cambio. Está especializado en el cambio de la educación a través del acompañamiento de procesos de innovación disruptiva, mediante una metodología propia, original y contrastada. Actualmente impulsa Reimagine Education Lab, un equipo que tiene por objetivo acompañar, impulsar y llevar a la práctica procesos y experiencias de innovación disruptiva en instituciones educativas mediante modelos de reimaginación de la educación, propios, originales y contrastados.

Aviso legal: Este es un artículo de opinión. Los puntos de vista expresados en este artículo son propios del autor y no reflejan necesariamente las opiniones, puntos de vista y políticas oficiales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0